Myriam MANCISIDOR

Los de «Pillarno Corporeision» tienen un truco para afrontar con fuerza y cada año el Descenso de Galiana: comer, a ritmo de parrillada, horas antes de surcar las frías aguas urbanas. Un poco de choricín, algo de carne, un poco de tortilla... Vaya, que bajan con el estómago lleno. Así son capaces de «lanzar» desde su carroza alrededor de 500 litros de agua y confetis, a tutiplén, por control remoto. Las calorías ganadas les permiten además pinchar música, hacer juegos de luces... El convite es, además, la recompensa a los días de trabajo previos al Descenso. Y para los «navegantes», el «mejor momento» del «día D». Eso lo dicen porque a pesar de haber conseguido cuatro cuartos puestos -y un octavo- ya conocen los sinsabores de quedarse compuestos y sin carroza.

Les pasó el primer año que elaboraron un artilugio: una imitación del puente de San Sebastián. «La riada nos lo llevó», asegura a toro pasado Alberto Colín. La realidad, añade Bruno González, es que les falló el sistema que sostenía la nave. Entonces se quedaron sin Descenso de Galiana, pero participaron en el desfile y quedaron en segundo puesto. Dos años después les ocurrió algo similar. «Nos volvieron a fallar las ruedas...», confiesan. De ahí que a día de hoy utilicen ruedas dobles que soportan el peso de cualquier armatoste. Esta peña joven también fue la responsable de que uno de los últimos años se detuviera el Descenso durante unos veinte minutos. ¿El motivo? «Pedimos a un bombero que nos llenara un bidón con 1.000 litros de agua», explican.

Otros años el «día D» fue mejor. Así navegaron por Galiana con catapultas y guillotinas, tanques del espacio, el tiburón que se comió a Gijón, un helicóptero... Los miembros de la peña «Pillarno Corporeision» dedican un mes a elaborar el artilugio para el Descenso de Galiana y así, entre semana, como que no quiere la cosa, también terminan las jornadas con alguna cosina para picar, pizza o similar. Este año prevén surcar el centro de Avilés a bordo de una nave hippie, pero eso ya es un secreto. Como secreto es -o era, ya- que por primera vez se subirán al escenario coincidiendo con el concurso de murgas y charangas. ¿La letra? ¿Los ensayos? «Por el momento estamos escuchando», reconocen estos antroxeros que antaño eran conocidos por participar en la ginkana y ganar.

Nacho Escoriez, Bruno González, Vanessa Fernández, Maite Giménez y otros tantos empezaron a descender Galiana animados por Alberto Colín. Se metieron de lleno en la programación del antroxu y hasta ostentaron en 2008 el cargo de Reyes del Goxu. Aquel año el carnaval fue épico. Este año quieren ser los mejores en el Descenso. Pero también quieren que otros jóvenes como ellos sigan su ejemplo: «El antroxu hay que vivirlo», dicen. Y si puede ser con el estómago caliente, mejor.