E. CAMPO

La lista de espera para tener un punto de atraque en el puerto deportivo de Avilés es, actualmente, de 12 embarcaciones, casi una tercera parte de las 30 que había hace tan solo tres años. Y es que la crisis también afecta a la afición náutica. «Es posible que haya puertos como el de La Arena que tengan lista de espera, pero eso son propietarios de embarcaciones que quieren marchar de otros puertos más caros. Pero el mercado no ese mueve, es igual que el inmobiliario o incluso peor», afirma el presidente del Club Marítimo San Balandrán, Mario Bada. Esta entidad gestiona la mayor parte de los pantalanes deportivos de la ría.

La nueva directiva tomó posesión en marzo del año pasado, prácticamente de forma simultánea a la apertura del puerto deportivo de Luanco. «Hubo entonces una desbandada de gente que vivía allí? y entonces nos quedaron muchas plazas libres», explicó el vicepresidente, Manolo Rodríguez. El Club, entonces, realizó varios cambios, como renunciar al pantalán cero (el más próximo al Niemeyer) porque no tiene agua ni luz, para aprovechar así al máximo los recursos de la entidad.

Al San Balandrán no le salen fácil los números, teniendo en cuenta que la mayor parte de los fondos vienen de las cuotas (30 euros al mes) de sus 280 socios. «Antes había patrocinadores, pero ahora... Del Ayuntamiento sólo recibimos 1.500 euros el año pasado. Y de los socios hay más bajas que altas. Así que estamos remando, que no es poco», añadió el vicepresidente. Con 192 barcos registrados en los pantalanes deportivos, prácticamente no hay plazas libres: sólo algunas de entre cuatro y cinco metros, una medida que encaja para muy pocas embarcaciones, de ahí que haya lista de espera.

En lo que se refiere a la parálisis de las ventas, Mario Bada explica que es la tendencia de los últimos años. «El mercado de segunda mano está saturado de oferta. Y eso que los precios, sobre todo de motor, están bastante bajos». El vicepresidente, Manolo Rodríguez, asegura: «Nadie se compra un barco nuevo ni a empujones». Y el de segunda mano, malamente: él mismo puso su barco a la venta hace ocho meses, sin éxito. Sólo en los pantalanes avilesinos se pueden contar una decena de embarcaciones en venta.

Avilés, no obstante, se mantiene en el número de barcos de recreo, con los pantalanes llenos, y urgen mejoras. La prioridad, aseguran los responsables del Club deportivo, es una instalación con vestuarios, baños y zona de estar tanto para los socios como para el resto de usuarios de los pantalanes, entre ellos los tripulantes de embarcaciones en tránsito. «En todos los puertos de España que se precien tienen este tipo de instalaciones, mientras que en una ciudad como Avilés, con el auge que le quieren dar, no hay nada más que un cartel para llamar a la policía del puerto», protesta Bada.

Otra de las grandes reivindicaciones es un punto de repostaje de gasoil (sólo hay uno en la rula vieja) y, especialmente, uno de gasolina, ya que la única manera de surtirse actualmente de este combustible es acudir con garrafas a las gasolineras. Manolo Rodríguez apunta otra carencia: no hay una rampa de varada para reparaciones de urgencia. Las miras del Club están puestas en conseguir que el club de Vela comparta con ellos parte de sus instalaciones en El Estrellín.