Un juez de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo ha ratificado la sentencia absolutoria del avilesino Alejandro Fernández, administrador de la empresa Alechip Soluciones Informáticas, para el que la multinacional del videojuego Nintendo pedía 23 años de cárcel y el pago de 840.000 euros por la venta de cartuchos que permiten ampliar las funcionas de la consola DS y utilizar en ella copia de programas originales. «Ya no sé que decir, estoy muy contento. Al fin puedo pasar página y seguir trabajando», señaló ayer Fernández a este periódico tras conocer la sentencia de la Audiencia.

El órgano provincial no hace más que ratificar la sentencia del juez avilesino José Luis Niño Romero, quien absolvió el pasado mes de junio a Fernández de los seis delitos que le imputaba la multinacional, casi todos ellos continuados: defraudación de propiedad intelectual (12 años de prisión en total) e industrial (ocho años de cárcel) y revelación de secretos (tres años más). El juez Niño Romero, el primero que dictó en España una sentencia relacionada con la venta de estas tarjetas tras analizar a fondo el caso (otros casos similares se sobreseyeron o bien se produjeron acuerdos entre las partes), argumentó que la compañía nipona se apoyó en hipótesis más que en pruebas y echó abajo cada uno de los argumentos que plantearon los servicios jurídicos de Nintendo.

La compañía recurrió el fallo ante la Audiencia Provincial, que ratifica ahora la sentencia de primera instancia sin ahondar en el fondo de la misma ya que considera que no existen argumentos jurídicos suficientes para un nuevo proceso.

«Nos congratulamos de la decisión judicial, garante del desarrollo del derecho constitucional a la producción y creación científica y técnica: todo usuario de cualquier tipo de hardware debe tener la capacidad de programar software para su dispositivo, sin ningún tipo de restricción por razones comerciales, siendo ésta una de las bases de la libertad tecnológica», apuntó ayer Carlos Almeida, abogado del avilesino y especializado en casos relacionados con internet y las nuevas tecnologías.

El avilesino Alejandro Fernández respira al fin aliviado después de tres años de calvario por la batalla que la multinacional abrió hace tiempo contra los establecimientos que comercializan cartuchos para la Nintendo DS como los que importa Alechip. «El cliente es libre de hacer lo que quiera con los dispositivos electrónicos que adquiere», señaló.

El caso en cuestión se remonta a 2009 cuando la Administración de Aduanas de Avilés retuvo, a petición de la empresa Nintendo, una partida de estos cartuchos. Estos permiten dotar de memoria interna a la consola para así poder ejecutar programas diseñados por el propio usuario, una actividad que la multinacional ha intentado perseguir a nivel mundial.

«Es una alegría quitar esta historia del medio y poder trabajar, que es a lo que me dedico. Después de cuatro años de pelea se demuestra que algo de razón tenía. Después de todo el desgaste personal, familiar y empresarial puedo decir que en cierta medida ha merecido la pena», aseveró Fernández, que se encuentra en plena ampliación y mejora de su negocio. La página web de la empresa resumía ayer sus palabras en dos frases: «¡Hemos ganado la batalla! Ahora Alechip se prepara para ganar la guerra». La contienda a la que se refiere no es otra que el trabajo. «Lo único que quiero es pasar página y trabajar», concluyó.