-Soy feliz. Jamás me he sentido tan bien, ¿y tú?

-¿Yo? Estoy de maravilla.

-¿Hasta el punto de llegar a tocar el cielo con un dedo?

-No, así no.

-¿Ah, no?

-Mucho más. Al menos tres metros sobre el cielo.

Éste es el diálogo que mantienen Babi y Step -los protagonistas- y que da título a una novela romántica de Federico Moccia (Roma, 1963), convertida en lectura de culto para miles de adolescentes. Ya sea por la repercusión del libro, ampliada por el éxito en taquilla de la película homónima que protagonizaron Mario Casas y María Valverde, o por el efecto multiplicador de internet, lo cierto es que los ritos, el lenguaje y los tópicos que Moccia usa en su moderna versión de Romeo y Julieta han calado -¡y cómo!- entre la chavalería. ¿Se acuerdan de la moda de poner candados en los puentes como alegoría del amor? Pues tal práctica debe mucho al escritor italiano.

Lo más «in» ahora mismo es rotular puentes y tapias con mensajes para la persona amada y, si por el medio hay tensión dramática, mejor que mejor. Un ejemplo de esto lo encontrarán ustedes en la carretera de La Plata, que une Avilés con Castrillón. Hay pintadas -en rojo pasión, qué color si no- en el puente de piedra próximo a Piedras Blancas tipo «tkm» (te quiero mucho) y en alguna que otra señal de tráfico. Pero la palma se la lleva el anónimo autor de un vistoso grafiti realizado en un muro frente al cruce de la carretera de La Plata con la antigua N-632. Dice así: «Te quiero con todo mi corazón, perdóname». ¿Un novio infiel arrepentido? ¿Un amante frustrado deseoso de reconciliación?

El mensaje, tan estratégicamente ubicado, no ha pasado desapercibido en una página social de internet como Facebook, donde se vincula esa pintada con otra que fue visible hasta el pasado fin de semana en un contenedor de basura situado frente al Instituto Carreño Miranda de Avilés. Esta segunda decía: «Tania, te quiero, perdóname», y tanto por el tipo de letra como por la reiteración en el arrepentimiento los internautas sospechan que el autor es el mismo en ambos casos. ¿Acaso estudia Tania en el Carreño Miranda y pasa a diario por la carretera de La Plata? Probablemente sea así y su particular Romeo no ha encontrado mejor manera de implorar perdón. Tania, tú mueves ficha.