-¿Tema de conversación?

-Cualquier cosa, menos hombres y crisis: es un día de fiesta.

-¿El leitmotiv de la reunión?

-Cotilleo y diversión. También la paz, por eso de que el Antroxu es hippie.

-¿El mejor disfraz?

-Hecho a mano, con «cuatro pesetes y unes pinces».

Casi como si se tratara de una coplilla aprendida de memoria, las mujeres de la comarca que ayer participaron en la fiesta de comadres coincidían en que el jueves de Antroxu es un día para disfrutar en grupos, cuanto más grandes sean, mejor. Las folixeras derrocharon así amistad al tiempo que cumplieron una vez más con la tradición llenado las calles de colorido en la gran entrada del carnaval avilesino.

La fiesta, pese a todo, congregó a menos mujeres que años atrás debido a la escasez de dineros. Si no que se lo pregunten a Pepi Fernández, nombre comercial de Tere Miranda, una ama de casa avilesina que se ofrecía como limpiadora a diez euros la hora y con mucho «glamour». «Como las amas de casa no tenemos jubilación a ver si así sacamos unas perres», decía al tiempo que aseguraba, bote de limpieza en mano: «No hay polvo que se me resista».

La temperatura -cinco grados de mínima, diez de máxima- no amedrantó sin embargo a las comadres, que con esto de que el antroxu sigue una contracultura políticamente atrevida no dudaron en enfundarse vestidos psicodélicos que en su día harían las delicias de Janis Joplin. Además de hippies cien por ciento como María Mercedes Ábalo, que dejó al marido contento en casa con la cena hecha (tortilla de chorizo), había también disfraces tan originales como el de Fuencisla Gutiérrez que iba de maceta con flores.

De naturaleza quería ir también María Victoria Gómez, que en un primer momento planeó vestirse de manzana porque «la muyer y la manzana tiene que ser asturiana». De ejemplo puso al Príncipe Felipe, por eso de estar casado con una ovetense. Al final Gómez se disfrazó de bailarina de charleston haciendo peña con Rufi Granado, María Luz Miguens o Narsi Menéndez.

Raquel García y Felicidad Gorrionero decidieron por su parte salirse del tema del Antroxu avilesino y participaron en una merienda vestidas de egipcias. En su mesa estaba prohibido hablar de crisis y hombres, salvo de Bertín Osborne y porque ya es abuelo. Bene Cela, María Loli Blanco y Conchita Martínez completaban esta cuadrilla egipcia en la que no faltaba diversión. Brujitas, diablillas, rockeras, payasas, piratas y duendes también participaron en la folixa ya conocida por «desbandada muyeril».

Las comadres se reunieron en Avilés en dos turnos: merienda y cena. Las primeras, mayoritariamente, ya peinaban canas aunque gastaban peluca; las segundas eran algo más jóvenes, más de «boy» y rock and roll al ritmo de Jefferson Airplane. Luego se concitaron también en distintos restaurantes de la comarca mujeres de distintas agrupaciones políticas -las del PP de Avilés, por ejemplo, hicieron una parodia del programa «Tú si que vales» a imitación de Risto Mejide-, asociaciones de vecinos...

En cualquier caso los disfraces tenían un denominador común: ser «made in casa» , elaborados a golpe de improvisación para ahorrar un puñado de euros. Y de los trajes sacaron buen provecho en una noche desafiante, inocente, optimista, tolerante... al puro estilo Woodstock, aunque sin hombres. Los comprades se dividieron. «O están en casa o en la Casa de Cultura, de concierto», dijeron las comadres.