M. PÉREZ

La Semana de la música religiosa echó a andar ayer con un concierto de la orquesta «Julián Orbón» bajo la dirección de José María Martínez Sánchez. La iglesia de San Nicolás de Bari sirvió de escenario a la orquesta para que presentara la quinta sinfonía de Ramón Garay, el músico y compositor avilesino más importante de la historia. Muy influido por Joseph Haydn, falleció en 1823. El concierto registró numeroso público y la orquesta no defraudó. Entre el público se encontraban, entre otros, el prestigioso organista alemán Heinrich Walther, que escuchó el concierto en compañía del organero Federico Acitores.

La agrupación musical del Conservatorio de Avilés estuvo acompañada por la concertista japonesa Izumi Kando. También intervinieron en el concierto las alumnas del centro Alba Tocino y Luisa Sánchez, que actuaron como intérpretes solistas.

La agrupación de cámara, constituida principalmente por violines, violas, violonchelos, contravajos y clave inició el concierto pasadas las ocho de la tarde, y los instrumentos no dejaron de sonar hasta una hora después.

La orquesta «Julián Orbón» fue creada por la asociación musical «Julián Orbón» de Avilés en 1997. Está formada por alumnos aventajados del Conservatorio municipal de música de Avilés y de otros centros docentes. Algunos de los alumnos cursan o han concluido estudios de grado superior.

Por su parte, el director, José María Martínez, es profesor de piano, profesor superior de órgano, de composición y de dirección de orquesta. Además de director del Conservatorio municipal, dirige la Coral Polifónica de Avilés -entidad creada por él mismo-, que organiza la Semana de la música religiosa. Martínez también es organista de la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery.

La crisis no ha hecho mella en uno de los certámenes más longevos de la ciudad, que se prolongará hasta el 1 de abril, como preludio a los actos de Semana Santa en la ciudad.