Los hechos

El hombre, tras haber bebido cantidades importantes de alcohol, al parecer por problemas matrimoniales, fue acompañado al Hospital por dos agentes de la Policía Nacional a los que indicó que quería suicidarse. Una vez allí, el hombre se mostró muy agresivo e intentó agredir a los vigilantes de seguirdad, que tuvieron que reducirle. Un vigilante acabó con una herida en un hombro que tardó dos meses en curar. La juez ha tenido en cuenta el alcoholismo como eximente, y que el hombre estaba ebrio en ese momento.