Myriam MANCISIDOR

El San Agustín se transformará en un centro sanitario ecológico. La dirección del centro implantó hace años y de forma pionera en la región un plan de gestión de residuos hospitalarios ya consolidado. Ahora, el gerente, Fernando Tejada, quiere dar un paso más: aplicar un sistema de ahorro energético y agua que podría estar funcionando después del verano. De cumplirse las previsiones, el hospital avilesino sería el primero de Asturias en aplicar buenas prácticas medioambientales sin que esto afecte a la calidad asistencial. Así lo dio a conocer ayer el responsable de Seguridad del San Agustín, Félix Amorín, durante una jornada técnica sobre gestión de residuos hospitalarios que se celebró en Cogersa.

Amorín explicó que el ahorro de energía se quiere hacer aprovechando los 15.000 metros cuadrados de cristalera que tiene el centro. Por el momento, la dirección del San Agustín está elaborando el estudio de ahorro. «La intención es que las luces se apaguen en tres fases, según la temporada del año. En verano, por ejemplo, parte del alumbrado se podría apagar a las ocho y media de la tarde. Esto ya lo estamos haciendo ahora de forma manual pero la intención es mecanizarlo», explicó el responsable de Seguridad del centro. El ahorro de agua pasa por reducir el consumo en las dependencias de uso público como, por ejemplo, los servicios. «Lo que vamos a evitar en la medida de lo posible gracias a mecanismos automáticos es que alguien que va al servicio a lavarse las manos no deje el grifo abierto, algo muy común en las instalaciones públicas», dijo.

El San Agustín ya tiene experiencia en la reducción de residuos hospitalarios. Desde 2005 (año en el que se implantó un manual de gestión de residuos) hasta ahora el centro ha reducido considerablemente las toneladas de residuos así como la distribución de la basura antes de llegar a Cogersa. Tras la aplicación del manual y en solo un año los pacientes generaron cinco kilos de residuos, un kilo y medio menos que antes de que se difundiese el modelo de gestión de basuras. Aún así las cantidades de material hospitalario que llega al vertedero de Serín son llamativas: solo en 2011 en Cogersa se procesaron 898,31 toneladas de residuos procedentes del sistema de salud público y privado.

Los participantes en la jornada sobre gestión de residuos hospitalarios visitaron, precisamente, el horno rotativo -funciona con una turbina de vapor anejo que permite el aprovechamiento del calor producido durante la incineración de los desechos para generar energía eléctrica- donde se queman los residuos hospitalarios pero también harinas procedentes de Proygrasa, cadáveres de mascotas y estupefacientes incautados por las fuerzas de seguridad.