Amaya P. GIÓN

A. P. GIÓN

El ladrón «discreto», detenido por la Policía como presunto autor de dos robos pistola en mano en entidades bancarias de Avilés, ingresó ayer en la cárcel de Villabona tras reconocer los hechos que se le imputan ante la magistrada titular del juzgado de guardia, el de primera e instancia e instrucción número 1. La juez emitió un auto de ingreso en prisión, comunicada y sin fianza para el detenido, A. C. T., como presunto autor de dos delitos de robo con intimidación y otro de tenencia ilícita de armas. La magistrada dejó en libertad a la presunta cómplice del segundo atraco, una vecina de Avilés que responde a las iniciales I. E. G., si bien ésta tendrá que comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes hasta que se celebre el juicio por los dos atracos.

La pareja llegó a los juzgados avilesinos en torno a las once de la mañana, cada uno en un coche policial, y no abandonó el palacio de justicia avilesino hasta casi las tres de la tarde. Ella, que quedó en libertad, salió a pie de los juzgados. Él en un coche de la Policía rumbo de nuevo a la cárcel. Y es que A. C. T., comunicaron en medios próximos al caso, salió de la cárcel madrileña de Navalcarnero hace un año y dos meses después de cumplir una condena de seis años. Las mismas fuentes explicaron que la carrera delictiva del detenido, natural de Valencia y vecino de Madrid, comenzó en la década de 1980 y que ya ha pasado unos 17 años entre rejas.

A. C. T, de 50 años,. e I. E. G., de 69, prestaron ayer declaración en el juzgado como presuntos autores de dos atracos: el cometido el pasado día 1 en una sucursal bancaria de la Avenida de Alemania y el perpetrado el martes en un banco de Severo Ochoa. La suma sustraída asciende, según la Policía Nacional, a 12.000 euros. Él eximió de toda culpa a su presunta cómplice, a la que dijo haber utilizado para salirse con la suya. ¿Y cuál era la relación entre ellos? Según trascendió ayer, la conexión entre ambos es la ex pareja de la mujer, al que A. C. T. conoció en prisión.

El detenido dijo que tras el primer robo se alojó en una pensión próxima a la estación de autobuses y que antes de cometer el segundo atraco se puso en contacto con la mujer, a la que pidió alojamiento y ayuda «porque venía a Avilés a reclamar un dinero». La mujer aceptó a llevar al ahora detenido hasta las proximidades del banco de Severo Ochoa a cambio de dinero, según la versión de A. C. T. Después, se dirigieron a la vivienda de la mujer y cuando unas horas después salían del piso y se disponían a coger de nuevo el coche rumbo a la estación de autobuses de Gijón, se produjo el arresto.

Los agentes hallaron en la vivienda de la mujer una pistola de la marca «Pietro Beretta», calibre 7,65, con su cargador y diez cartuchos de munición, parte del botín y billetes falsificados. Según A. C. T., cuyos intereses defiende el letrado José Antonio Domínguez Quintannilla, el dinero que la Policía localizó en la vivienda de la mujer no estaba relacionado con los robos, los billetes falsos no eran más que simples fotocopias y reconoció que la «Pietro Beretta» es el arma que utilizó en sendos atracos. Apenas un año después de salir de prisión, el ladrón «discreto» vuelta a estar entre rejas.

La vecina de Avilés detenida por su presunta implicación en dos robos a entidades bancarias de Avilés, I. E. G., negó ayer tener conocimiento alguno de los atracos cometidos por A. C. T. «Ese hombre me secuestró, me engañó y me amenazó. Yo no tengo nada que ver en todo esto», aseguró la mujer, que quedó en libertad tras prestar declaración en el juzgado. Su supuesto cómplice confirmó su versión, aunque en medios próximos al caso señalaron que sus respectivas declaraciones tienen «importantes lagunas».

La mujer atendió a los medios de comunicación a su salida de los juzgados. Aseguró que apenas conocía al ladrón «discreto». «Nos habíamos visto dos veces. Lo conocía por mi ex compañero, que le dio mi teléfono. Me llamó para pedirme ayuda, porque tenía que venir a Avilés a recoger un dinero», aseguró.

Según la mujer, llevó en coche a su «conocido» el pasado día 6, cuando éste cometió el atraco en la calle Severo Ochoa. «Yo me quedé en el coche. Entré en el banco a cambiar moneda para pagar la zona azul. Quería que lo llevara a mi casa y yo le dije que no, que en mi piso no entraba nadie. Pero me amenazó. También me dijo que le tenía que coger un billete de autobús a Madrid para las doce de esa noche y que lo tenía que llevar a la estación de Gijón. Me engañó en todo momento», explicó.

Siempre según su relato, A. C. T. pasó unas cuatro horas en su casa. «A las ocho o así le dije que se tenía que ir. Cuando íbamos a salir del garaje, estaba allí la Policía, que nos detuvo y empezó a preguntar por el arma. Le pregunté si la había dejado en mi casa y fue cuando la registraron. No puse ningún impedimento, les dejé entrar sin autorización judicial. Desde entonces estuve en el calabozo», relató la mujer.

La Policía Nacional asegura que I. E. G., cuyos intereses defiende la letrada Andrea Moro, cuenta con antecedentes por asuntos relacionados con las drogas.