E. CAMPO

Tres ingresos hospitalarios en dos semanas. Este es el balance que suma el paciente Isaac González, enfermo de neumonía -y otras complicaciones- a quien su familia teme que le vuelvan a dar el alta de forma prematura. Así, ingresó en el San Agustín el 1 de marzo, recibió alta el 5, volvió a ingresar el 6, salió el día 12, e ingresó de nuevo el 14. Su esposa, Sira Álvarez, asegura que cada vez va a peor, y que el propio personal sanitario reconoce que la enfermedad no remitió en este tiempo. Los familiares de Isaac González aseguran que no es problema de un doctor en concreto, sino de un cúmulo de situaciones que aquejan al San Agustín, con los recortes presupuestarios como telón de fondo: pocos auxiliares para atender la planta de Medicina Interna, jornadas laborales interminables y prisa por dejar las camas libres, según aseguran.

«Si el día 5 de marzo le dieron el alta y el día 6 lo volvieron a ingresar, eso demuestra que no estaba en condiciones de abandonar el hospital», aseguró Sira Álvarez. En definitiva, lo que la familia reclama es que el paciente reciba la atención que necesita durante los días necesarios hasta subsanar los problemas de salud que atraviesa para evitar nuevas recaídas.