Piedras Blancas,

Inés MONTES

La alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina (IU), solicita la colaboración de todos los trabajadores municipales para contener los gastos de energía eléctrica. En una comunicación enviada a todos los departamentos municipales, la alcaldesa reclama la colaboración «a todos y cada uno de los trabajadores municipales, encendiendo solamente las luces que se necesiten y dejando todo apagado al finalizar la jornada laboral: luces, ordenadores, impresoras, estufas, ventiladores», entre otras medidas.

La comunicación de la alcaldesa se comenzó a repartir ayer entre los trabajadores de la Casa Consistorial, la piscina, el polideportivo, el centro cultural Valey y las bibliotecas públicas del concejo. Además de en todos aquellos equipamientos municipales en los que el pago de la electricidad corre a cargo de las arcas municipales.

El gasto eléctrico es un serio problema de la economía local. El Ayuntamiento gasta al año un millón de euros en electricidad y no ve perspectivas de conseguir rebajar esa cantidad. Recientemente se adjudicó el contrato del suministro eléctrico para 2012 a la empresa catalana Aura Energía por 967.601 euros. Asimismo, esta semana se conoció el informe de la auditoría energética que el Ayuntamiento había encargado a una empresa especializada y no es muy esperanzador, según explicó el concejal de Obras de Castrillón, José Luis Garrido.

«Pedimos la colaboración de los trabajadores municipales para reducir los grandes gastos de electricidad ocasionados a veces sin necesidad», afirmó Garrido. El concejal explicó que hay aparatos eléctricos que a las tres de la tarde, cuando se termina la jornada laboral, quedan encendidos hasta las ocho de la mañana del día siguiente. En los últimos meses el gobierno local ha incrementado las medidas para gastar menos luz. Desde noviembre se apagan algunas farolas de las zonas urbanas a las 11 de la noche. En algunas calles se vuelven a prender a las seis de la mañana y en otras no. También se están instalando potenciómetros de reducción de flujo, unos aparatos que permiten bajar la intensidad de la luz de las farolas públicas entre la medianoche y las seis de la mañana. «Pero vamos a tener que seguir apagando más farolas para bajar el consumo», indicó el concejal.

Las propuestas del informe de la auditoría energética no ofrece soluciones a corto plazo. «El cambio de bombillas de las farolas para instalar las de tipo led es una inversión muy cara y que no supondría un ahorro a corto y medio plazo ya que en algunos casos tardaríamos más de 10 años en recuperar la inversión. », aseguró Garrido. «Vamos a estudiar detenidamente el informe y ver qué medidas podemos tomar. Para ahorrar en el Ayuntamiento el estudio propone la adecuación y el control de la bomba de calor de la Casa Consistorial y eso no cuesta dinero», concluyó.