Myriam MANCISIDOR

La naturaleza parece decidida a luchar por su supervivencia: en las inmediaciones de la ría avilesina y en el propio estuario los naturalistas avilesinos han observado en las últimas semanas cómo algunos árboles y peces intentan hacerse hueco entre el hormigón. Así destaca la presencia de un pequeño olmo que pretende medrar debajo del puente de San Sebastián, como destacan los integrantes del grupo ornitológico Mavea en el blog «páxaros en la ría».

Pero esta no es la única curiosidad. Hasta el estuario avilesino han llegado en los últimos días ejemplares de lamprea y reo. Este último, también conocido por trucha marina -distinta a la común o de río- se pescaba en la bocana en los años ochenta del siglo pasado, pero según los naturalistas no se conocían registros de estos ejemplares en el estuario.

Los participantes en el primer «testign» fotográfico de biodiversidad -muestreo de campo exhaustivo y ordenado- que se celebró el pasado fin de semana en Zeluán y Xagó sacaron además imágenes de especies tan peculiares como una araña que era la primera vez que se citaba en Asturias o una ninfa de chinche espumadora. Las aves limícolas se contaron además por cientos estos días en la charca de Zeluán y la ensenada de Llodero, ambos enclaves declarados Monumento Natural en 2002. Entre las especies más llamativas destacó un correlimos de Temminck, un ejemplar raras veces visto en Asturias.