Saúl FERNÁNDEZ

La multinacional francesa Saint-Gobain celebró esta semana en París su convención anual. Pierre-André de Chalendar, el presidente de la centenaria compañía, presentó los resultados económicos del primer trimestre en todo el grupo y reconoció un descenso de un 5,6 por ciento en su negocio de vidrio con respecto al mismo período del año pasado. El vidrio es un producto fundamental en la delegación de la península Ibérica (España y Portugal).

Chalendar achacó la caída de las ventas de vidrio a la crisis continuada del mercado del automóvil y de la energía solar. El primer ejecutivo de la compañía señaló también como causa de la caída del negocio los «altos costes energéticos y de las materias primas».

El presidente de Saint-Gobain volvió a renovar el compromiso del grupo con el hábitat, es decir, con la producción relacionada con la construcción. «Desde grifos a bombillas», explicó Alfredo Suárez «Mieres», representante del sindicato CC OO. «Nosotros preguntamos a Chalendar si este objetivo general podría ser distinto en la delegación española», añadió Suárez. La respuesta de Chalendar fue negativa: el crecimiento de la compañía, según el criterio de su dirección, está claro. «Pese a ello, volvió a comprometerse con las fábricas de la península Ibérica, que contribuyeron, y mucho, al grupo en los años buenos», explicó el sindicalista asturiano.

El crecimiento de Saint-Gobain está, sobremanera, en los países emergentes (Brasil, China e India). La caída viene de Italia y de Grecia. Saint-Gobain mantiene en Avilés una de sus principales fábricas.