Esta semana, todo parece indicar, se resolverá el relevo de Raimundo Abando en el Puerto de Avilés. Podría parecer que hay una solución evidente, pero por el medio se han cruzado otras alternativas que, para algunos, encierran objetivos a más largo plazo. Para otros, mera efectividad de cara a proyectos que afectan a Avilés. Sea como sea, parece que el Gobierno del Principado tiene claros sus interlocutores en la ciudad, lo cual acrecienta la incertidumbre sobre la solución. La silla presidencial del Puerto de Avilés puede tener importantes lecturas: por quien la ocupe a partir de pronto y por quien la abandona (sin que haya gracieta en la semejanza con el apellido). Si Raimundo Abando ha logrado una mínima prórroga en el asiento es porque respetó el cambio de signo en el Principado, cosa que no hizo su homólogo de Gijón. Fue esta la razón por la que un relevo se produjo antes que este que nos ocupa. De cómo se resuelva la soterrada disputa podremos hacer lecturas.