Marta BERNARDO

Era la Semana Santa de 1988 cuando Adelino Hidalgo, que ese mismo año fue plata en los Campeonatos Iberoamericanos y finalista en el Europeo, se convertía en el primer ganador de la Milla Urbana de Avilés. Hidalgo abrió una larga lista de atletas de renombre nacional e internacional que se han subido a lo más alto del podio en la prueba, que cumple el próximo domingo (17.30 horas) su XXV edición bajo la organización de la Atlética. «Tengo recuerdos muy gratos. La prueba llegó en un momento de furor de las millas urbanas y a los internacionales asturianos no hizo mucha ilusión. Hacer una milla es sacar el atletismo a la calle», asegura Hidalgo, ahora director técnico de la Federación Asturiana.

La calidad de los atletas que participan en la milla está a la altura del ambiente que la rodea, una fiesta del atletismo de la que disfrutan cientos de personas en el mismo centro de Avilés, en las calles que rodean la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery. «Recuerdo que en aquellos primeros años, en plena fiesta, llamaba mucho la atención. Había gente que iba a verla porque era una novedad, pero otra pasaba por allí, veía barullo y se quedaba. Esa es la esencia de la milla», explica Hidalgo. En 1988, era la única que se celebraba en Asturias, aunque no la primera, ya que antes se había disputado en Oviedo.

En estas 24 ediciones que ya se han celebrado, los aficionados al atletismo han visto pasar por en la calle La Cámara a atletas del nivel del portugués Rui Silva (bronce en las Olimpiadas de Atenas 2004), las asturianas Ana Amelia Menéndez (olímpica en Atlanta 1996 y finalista en el Mundial de 1999) y Rocío Ríos (quinta en los Juegos de Atlanta), o el sevillano Manuel Olmedo (campeón de Europa en 2011), ganador en la pasada edición.

Si alguien se ha ganado escribir con letras de oro su nombre en la historia de la Milla de Avilés ese es Isaac Viciosa, que se ha llevado cinco ediciones de la competición. El atleta que más veces ha ganado la prueba masculina en Avilés es además campeón de Europa en 5.000 metros (en Budapest en 1998) y plata en el 1.500 (en Helsinki en 1994). Cuando entraba en el cartel avilesino, Viciosa era el favorito y no es para menos, porque en su palmarés cuenta con cuatro victorias en la Milla de Nueva York y una en la de Madrid. Aun así, no se quiso perder la cita de Avilés.

En categoría femenina, la milla también tiene un nombre propio y es el de una atleta de la casa: Irene Alfonso. Con siete victorias, la avilesina es la mujer que más ediciones ha vencido en categoría absoluta. «He ganado muchas veces, no sólo en categoría absoluta. Llevo corriéndola desde pequeña», afirma la atleta internacional. En esta ocasión, Irene Alfonso está saliendo de una lesión que le ha tenido fuera de juego los ocho últimos meses: «Me da mucha rabia no poder correr este domingo en Avilés. Una cosa más a sumar en un año muy duro para mí».

La avilesina tiene muy buenos recuerdos de la milla de su ciudad natal: «Correr y ganar en mi casa es impresionante. Es una competición especial porque estoy con la familia y los amigos. Es un día para juntarnos todos y que me vean disfrutando de lo que más me gusta», sostiene.

Que la Milla Urbana de Avilés se celebre requiere un duro trabajo detrás. En estos 25 años, la competición ha pasado por luces y sombras y el ahora presidente de la Atlética Avilesina -club que organiza la prueba-, Sergio Villanueva, las ha vivido casi todas desde la organización: «Los días previos a la prueba son una locura, se pasan muchos nervios, pero si todo sale bien como esperamos, es una gran alegría», concluye.

La competición absoluta tiene un aperitivo que nada desmerece al plato fuerte. Las promesas del atletismo asturiano se reunen cada año en Avilés para disputar las pruebas de categorías inferiores. En la foto, ganadoras de una de esas carreras paralelas que sin grandes nombres forman parte de la escencia de esta competición, informa M. B.