Myriam MANCISIDOR

Cada cigarrillo que se fuma resta entre cinco y once minutos de vida. El tabaco es una de las principales causas del cáncer de pulmón y está detrás de otras patologías menos conocidas pero también severas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Ahora dejar de fumar es posible. Al menos así lo cree el equipo del centro de salud del Quirinal que lidera la médica Soledad Pérez, quien esta tarde (20. 00 horas) ofrecerá una conferencia sobre esta adicción en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés.

La unidad de tabaquismo se implantó en mayo de 2005 de forma pionera en la región con poca afluencia de pacientes, pero los buenos resultados que ofrece ha generado que cada vez más usuarios del área sanitaria avilesina se enfrenten al humo con la ayuda de los profesionales. Los sanitarios -médicos y enfermeras- ofrecen terapias grupales en turno de mañana y tarde. Antes, no obstante, los profesionales se reúnen con los pacientes para conocer el hábito tabáquico de los fumadores, realizarles un test de dependencia y otro de motivación. Asimismo, los sanitarios ofrecen la posibilidad de dejar de fumar con la ayuda de tratamiento.

En 2010 pasaron por esta unidad contra el tabaco más de doscientas personas: el sesenta pro ciento consiguió su objetivo y dejó de fumar. El trabajo de los profesionales de Atención Primaria se complementa con la unidad existente desde 2010 en el Hospital San Agustín atendida por el neumólogo Manuel Muñiz y la enfermera Concepción Rodríguez. Los profesionales han atendido a su vez a casi 200 personas desde que se implantó este servicio y el cuarenta por ciento abandonó la adicción a la nicotina.

Apagar el último cigarrillo supone para muchos fumadores un esfuerzo titánico, de ahí que sean frecuentes las recaídas de quienes deciden alejarse del tabaco. Para dejar de fumar es imprescindible fijar una fecha y darla a conocer a familia y amigos. Los beneficios se aprecian a corto, medio y largo plazo. Así, veinte minutos después del último cigarrillo la presión arterial baja a su nivel normal; la concentración de monóxido de carbono en sangre disminuye ocho horas después y un día más tarde baja el riesgo de sufrir un infarto de miocardio. A los diez años de dejar el tabaco el riesgo de morir de cáncer de pulmón es similar al de los no fumadores.