E. CAMPO

La solución en la que trabajan los gobiernos local y regional para dar un nuevo rumbo al Centro Niemeyer y a su Fundación tiene precedentes no tan lejanos. Y es que la fórmula para restablecer la paz en el seno del patronato tiene bastantes paralelismos con la ofrecida en su día por el presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Menéndez, que salió escaldado de la negociación. Menéndez, que aseguró entonces haberse ofrecido de forma voluntaria para intentar acercar las posturas entre el Gobierno regional de Francisco Álvarez Cascos y el local de la socialista Pilar Varela, se encontró con el rechazo de esta última a aceptarlo como interlocutor tras mantener varias conversaciones.

La propuesta que, según había desvelado entonces el presidente de la Cámara, tenía el visto bueno del Gobierno de Francisco Álvarez Cascos, postulaba una mayoría de patronos públicos. Así, aglutinaba a cuatro representantes del Principado, dos del Ayuntamiento, otros dos de la Autoridad Portuaria, uno del Estado y otro de Cajastur. Según dicha propuesta, los patronos de honor (Vicente Álvarez Areces y el arquitecto Oscar Niemeyer) no tendrían derecho a voto. Y ese es el mismo esquema que se decidió a finales de junio, donde los socios privados que continúan en el patronato son el Grupo Daniel Alonso, Asturiana de Zinc y Cajastur.

La negociación que planteó la Cámara también preveía que fuera el Principado quien nombrase a un director general, y que Manolo Díaz dimitiera de presidente en la primera reunión del patronato para pasar a quedar como patrono asesor. Díaz, efectivamente, ya no es presidente, sino un miembro más del patronato. Y también está sobre la mesa la propuesta de contratar a un director.

En cuanto a la cesión del uso del equipamiento, que ahora la Fundación espera volver a conseguir, sería, según la oferta truncada, por un plazo de siete años. Actualmente no se han marcado plazos. Lo que en su día propuso el Presidente socialista, Vicente Álvarez Areces, había sido una cesión a 50 años, lo máximo permitido por ley.

De aquella propuesta de diálogo con la Cámara de Comercio como mediadora hay otras decisiones que se llevaron ahora a cabo, como la dimisión del secretario general, José Luis Rebollo, en la primera reunión de patronato. Asimismo, se dejaron sin efecto las modificaciones introducidas en las reuniones del patronato del 21 de febrero y del 4 de junio del año pasado, que fueron una de las raíces del conflicto con Foro. Y también se adquirió el compromiso de presentar las cuentas y estados financieros, si bien no será en el plazo marcado por la ley dadas las dificultades con las que se están encontrando los responsables de la Fundación para pasar a limpio los números de la entidad.

En lo que a números se refiere, uno de los retos principales de los actuales patronos es cómo pagar los 1,6 millones que se adeudan. Los socios de la Fundación tendrán que cavilar sobre cómo tapar este agujero que lastra el despegue de la entidad.