La Granda (Gozón), Elisa CAMPO

Los expertos financieros que ayer inauguraron la XXXIV edición de los cursos de verano de La Granda pusieron en tela de juicio el efecto benefactor que tendrá sobre la crisis la tijera impuesta desde Alemania por Angela Merkel. Y así, mientras el director general de GVC Gaesco Gestión Jaume Puig reclamó la puesta en marcha de un programa de eurobonos para financiar los bancos, al que Merkel se resiste, el profesor de la Universidad de Deusto Francisco Rodríguez Ortiz aseguró que la receta del ajuste duro en el gasto público es «suicida». Por su parte Joaquín Trigo Portela, director general del Instituto de Estudios Económicos, advirtió de que las empresas españolas tienen que mejorar los niveles de competitividad, siguiendo en este caso ejemplos alemanes. El análisis del crecimiento como factor clave para salir de la crisis es el tema en torno al que gira este primer curso de La Granda, patrocinado por la Fade, y en el que la estrella fue el ex director del Fondo Monetario Internacional y ex ministro Rodrigo Rato, recientemente imputado en la investigación de Bankia.

Para Puig, el liderazgo de Alemania en la zona euro ha sido correcto en algunas decisiones, como asegurarse de que no va a haber más desequilibrios patrimoniales en la banca española. «Quizá lo más criticable en la postura alemana es el de demorar tanto los eurobonos, que son necesarios». Y respecto al ajuste, afirmó: «Puede ser conveniente un ajuste, pero con un poco más de crecimiento». Rodríguez Ortiz, por su parte, fue rotundo: «No se atisba que haya apuesta por las políticas de crecimiento en Europa, con fondos estructurales como hace años. Y si no se potencian las medidas favorables al crecimiento europeo y se cambia la política suicida de revisión del gasto público en todos los estados, Europa irá hacia el crecimiento blando o hacia una nueva recesión».

Para el experto financiero Jaume Puig, la responsabilidad de la situación es colectiva: «Está en las propias familias que pidieron hipotecas. También en las entidades bancarias y el regulador fiscal, el Banco de España». Pero añadió: «Y cuidado con los gobiernos sucesivos; ya se podía anticipar que las familias iban a seguir comprando inmuebles y los bancos dando hipotecas. ¿Es que nadie conocía el caso japonés?» En esa misma línea se expresó el profesor de la Universidad de Deusto: «Es idílico para un gobernante que el sector inmobiliario duplique la media europea, con el empleo que se genera y la enorme recaudación fiscal. Cortar la rama del árbol en la que estás sentado es difícil por mucho que sepas que está podrido». Pero las consecuencias son terribles, advirtió Francisco Rodríguez Ortiz: «No descarto que esta misma semana el Gobierno toque la prestación por desempleo, dificultando el acceso, recortando el importe y la duración. Esta crisis está cuestionando los pilares del estado del bienestar, que eran otro gigante con pies de barro». Algunas de las cuestiones que abordaron los expertos durante sus ponencias son las siguientes:

l Inclusión de más países . Para Puig, establecer unas bases sólidas del sistema económico común es fundamental para que nuevos países se integren en la zona euro. «En Europa hay 47 países, sólo 17 están en el euro, algunos de ellos enormes, como Suecia, Dinamarca o Rumanía. Esto para mí es determinante». Pero para eso es necesario «mejorar las bases de la zona euro, que todavía están verdes», y plantearse incorporaciones en un plazo de 20 años.

l Deuda excesiva. La deuda es uno de los problemas más importantes del euro, según Puig, pero no es homogénea de la zona euro sino específica de los países periféricos. En conjunto, la deuda es del 88 por ciento, muy lejos del 229 de Japón que es capaz de financiarse a diez años con un 0,80 de interés. «Que realmente la zona euro pueda tener un problema por su deuda está de todo menos claro», afirmó el experto financiero. Por su parte, el profesor Rodríguez Ortiz afirmó que la deuda pública española era muy baja, del 35% en 2007, y que si subió fue «como consecuencia de la caída de los ingresos, de las acciones de los Gobiernos de Zapatero y de la necesidad del rescate de las cajas de ahorros con la crisis financiera».

l Eurobonos. Para Puig, su puesta en marcha es prioritaria. «Es cierto que es un mecanismo que cuesta introducir, pero los mercados agradecerían tener al menos un calendario, una hoja de ruta».

l Reforma bancaria. Es, para Puig, la «madre de todas las reformas» necesarias. «Si una empresa no puede financiar ventas, no puede contratar a nadie por mucha reforma laboral que haya». Por eso urge una reforma bancaria que obligue a contabilizar los inmuebles al precio real de mercado y que impida más prácticas de refinanciación.

l Recapitalización de la banca. Puig aplaudió la decisión de recapitalizar la banca española. «El inicio del fin de la crisis lo marca la decisión de recapitalizar la banca con dinero europeo. Es el inicio del fin». Y también valora que se invierta directamente en los bancos sin pasar por las cuentas públicas. «Europa ha perdido la fe en los bancos españoles, en el Banco de España por permitirlo y en los gobiernos españoles por no haber sido capaces de cuadrar a la banca. Por eso van a exigir una supervisión», advirtió Puig.

l Burbuja inmobiliaria. El precio de los inmuebles lleva cayendo en España desde hace más de cinco años, pero según Puig podría seguir otros cinco. «Cuando los inmuebles empiezan a caer, la banca protege sus cuentas y no vende porque registraría pérdidas; por eso la caída de precios es lenta en España y la caída del consumo va a ser persistente», indicó el experto. «Hay muchas experiencias y está claro: por la vía rápida la crisis dura menos».

l España versus Irlanda. La burbuja inmobiliaria no afectó a toda la zona euro, sólo a España e Irlanda. Pero en ambos casos se actuó de forma muy diferente. «Irlanda saneó el sistema a principios de 2009, hizo un banco malo para sacar los inmuebles, que si estaban a 100 en su balance los vendieron a 42. La banca quebró e hizo necesarias ampliaciones de capital, con lo que subió la deuda del estado irlandés y llegó el rescate», explicó Puig. Y lo que los mercados esperan, añadió, es que España haga lo mismo. «Quieren saber cuánto cuesta sanear el sistema bancario».

l Competitividad. Es uno de los problemas de la zona euro, y de España en concreto. «O cobramos todos un 30 por ciento menos o trabajamos un 30 por ciento más; con las reticencias al hacer los ajustes conseguimos tener más parados», advirtió. Joaquín Trigo, director del Instituto de Estudios Económicos, advirtió que en última instancia existe un problema de entendimiento. «Las empresas tendríamos que tener mejor relación entre unos y otros, algo que es muy difícil de conseguir en países como España, Italia y Francia». Así, abogó por una mejor comunicación entre los trabajadores, los puestos de mando y la patronal, e incentivar a los obreros para que propongan mejoras. «Algunos sindicalistas y empresarios lo entienden, otros no. Hay que hablar más y discutir menos».

l Más zona euro. Para Puig, es la solución. «Pero no se saldrá del euro, quedarse es doloroso pero salir es muchísimo peor». Por eso su apuesta es por solucionar los «problemas de fabricación originales» e integrar a los países que faltan.

l Euro débil. Si el habitual movimiento pendular de los mercados se cumple, Puig estima que Europa entrará en una fase de varios años con euro barato, lo que ayudaría a recuperarse de la crisis . «Larga vida a un euro débil. Pero nada de corta vida al euro».

Más información en pág. 42

«Es imprescindible una reforma bancaria, que las empresas puedan financiar ventas»

>

GVC Gaesco Gestión

«Esta crisis cuestiona el Estado del bienestar, que era un gigante con los pies de barro»

>

Universidad de Deusto

«Tendríamos que tener mejor relación en las empresas, hablar más y discutir menos»

>

Estudios Económicos