Actor, estrena hoy en el teatro Palacio Valdés «Forests»

Elisa CAMPO

José María Pou (Mollet del Vallés, 1944) vuelve esta tarde a pisar las tablas del Palacio Valdés. Es un viejo conocido en la ciudad, pero esta vez su visita tiene un sabor especial. Pou encabeza el reparto de la producción internacional «Forests» -dirigida por Calixto Bieito-, que inicia en Avilés su gira europea y tras haberse puesto únicamente en escena en el Birmingham Repertory Theatre. Es también una ocasión de gala, ya que no sólo abre la temporada de teatro sino que además inaugura las obras del Palacio Valdés, que lucirá flamante para la ocasión. En el currículo de Pou pocas asignaturas quedaban pendientes, pero con «Forests» se saca también una espina, ya que prácticamente no había saboreado sobre los escenarios las palabras de Shakespeare. La anterior vez fue con «El Rey Lear», también en Avilés.

-Empieza el otoño con el estreno de «Forest». ¿Un buen presagio?

-El bosque es un paisaje muy tradicional del otoño. Espero que sí sea un buen presagio. Además inauguramos la temporada en Avilés, y el teatro tras las obras. Personalmente me hace mucha ilusión, guardo una relación muy personal con Avilés, he estado con prácticamente todos los espectáculos y es una de las ciudades con mejor programación y donde el público responde mejor al teatro. Me consta que toda la profesión habla muy bien del Palacio Valdés y de Avilés. Es una gozada estrenar aquí este espectáculo que será no sólo inicio de temporada, sino estreno en España e inicio de la gira por Europa. La obra se estrenó en Birmingham formando parte de la Olimpiada Cultural, el World Shakespeare Festival, y sólo se ha representado allí. Mañana (por hoy) iniciamos la gira por Europa, y después de Avilés estaremos en varias ciudades españolas y europeas: Toledo, Amsterdan, Gerona, Londres? Es el principio de la vida de «Forests» fuera del sitio donde nació.

-Eso confirma la buena fama de Avilés en el circuito teatral...

-Claro, además el público avilesino está muy acostumbrados a espectáculos internacionales. El año pasado estuvo Kevin Spacey con «Ricardo III»... Se sabe que en Avilés hay público especialmente dispuesto a un teatro de calidad. Por eso no es gratuito elegir Avilés para el inicio de la gira europea.

-¿Sigue habiendo nervios antes de la apertura de la gira?

-Siempre. Y esta función es una experiencia personal singular. Pasé dos meses en Inglaterra, en Birmingham, ensayando con actores ingleses de la Royal Shakespeare Company, aprendiendo, bebiendo los unos de los otros. Ha sido fantástico. «Forests» hasta ahora lo presentamos sólo en Birmingham, y allí acudió toda la crítica. En palabras de la directora de la Olimpiada (este fue el último estreno del «World Shakespeare Festival»), fue el mejor de todos. El compromiso era muy grande ya entonces. Pero ahora el hecho de iniciar la gira en Avilés me hace especialmente feliz. Es como un regalo. El público de Avilés se lo merece, serán los primeros en ver este espectáculo que tendrá una larga gira por Europa y que en noviembre va a estar en el Barbican de Londres, con todas las entradas ya vendidas.

-¿Qué tiene Shakespeare?

-Todo, todo lo del mundo. Todo está en Shakespeare. Cuando era pequeño había un programa en televisión que se titulaba «Todo está en los libros». Pues todo está en Shakespeare. Tuve la suerte de hacer en Avilés un «Rey Lear» fantástico, lo mejor que me ha pasado en mi carrera, pero era el único Shakespeare que había hecho hasta ahora. Yo firmaría si pudiera hacer sólo Shakespeare en lo que me queda de carrera.

-¿Y este espectáculo en concreto, que aporta a Pou?

-Además de hacer Shakespeare en inglés, que asusta a cualquiera...

-... Y ante un público inglés...

-Es que los ingleses son muy pejigueras con el idioma, a muchos actores de EE UU no se les permite trabajar en el teatro porque no hablan el inglés correcto que hablan ellos. Y más con Shakespeare. Esto me aterrorizaba. Cuando Calixto Bieito me habló del espectáculo le decía: ¿Pero hay que hacerlo en inglés? Vale, me atrevo, lo hablo en la vida normal, pero encima de un escenario? Por eso me ha ayudado muchísimo el trabajo de pronunciación y de la musicalidad con los actores ingleses que forman parte del reparto: Katy Stephens, George Costigan, Christopher Simpson y Hayley Carmichael, habituales de la Royal Shakespeare Company. Calixto ha hecho una selección de cuatro actores especialistas en Shakespeare fantásticos. Y han sido profesores fabulosos. Igual que tanto Roser Camí y yo lo hemos sido para ellos, que se atreven a hablar catalán. Es un espectáculo que tiene muchas caras. La crítica y el público de Birmingham decían que era insólito oír en el mismo escenario a Shakespeare en dos lenguas y dos musicalidades distintas y ver que produce la misma emoción, y que los actores pasan del inglés al catalán y del catalán al inglés sin que se note la transición, la musicalidad del texto es la misma.

-¿Cómo es su personaje?

-En realidad no hay personajes como tal. Una antología. Está construido con una selección de textos de distintas obras, de más de 20 obras de Shakespeare, con una característica en común: transcurren en los bosques. Los mejores momentos se ordenaron en escena para que el público haga un viaje desde los primeros bosques bucólicos donde la amistad, el amor, la recuperación de la infancia, lo más idílico, es posible, a otros bosques más oscuros, terribles y peligrosos, de destrucción, caos y la nada. El vacío más absoluto llega al final del espectáculo. Es un viaje de la felicidad máxima al caos total a través de la palabra de Shakespeare y escuchando algo que no es habitual, pasar de un fragmento de «Hamlet» a otro de «La Tempestad», seguir por «Romeo y Julieta»... y cuadran todos perfectamente. Es un milagro de «patchwork», una colcha echa de trocitos distintos pero al final es una única historia. Los actores no interpretamos a personajes concretos, somos actores diciendo textos de Shakespeare. Pero es verdad que necesitamos una especie de rama del árbol de la que colgarnos. En este caso mi personaje es un ser solitario que habita en los bosques desde el principio, los demás llegan después.

-Un final terrible, la nada...

-No, no, no. Calixto Bieito no ha querido un espectáculo terrible, sino que terminara con un mensaje de esperanza del ser humano. El final es más optimista de lo que quizás traslucen los propios textos de Shakespeare.

-¿La Conferencia de Presidentes sería un buen tema shakesperiano?

-Si los participantes en la Conferencia hubieran leído a Shakespeare, los conflictos hubieran sido menos y el entendimiento mayor. Él aboga por un entendimiento de los pueblos. Hay que recetarlo. Yo recomendaría a los políticos que leyesen más a Shakespeare y menos a Maquiavelo.