La ensenada de Llodero es una «reliquia», el único espacio de marismas que sobrevive a la acción del hombre. Así lo definen los integrantes del grupo ornitológico Mavea cuando se cumple una década de la declaración de este espacio como Monumento Natural. En este tiempo, la agrupación que representa César Álvarez Laó ha censado aves durante más de 1.700 días «lo que hace de este espacio uno de los mejor controlados y conocidos de nuestro país». Pero aún queda mucho trabajo por delante.

«Los ayuntamientos próximos a la ensenada no han aprovechado su enorme potencial para el turismo de naturaleza ni para la educación ambiental como tampoco se han preocupado las autoridades competentes del Principado en hacer el mantenimiento y seguimiento adecuados de los hábitats y especies de interés», sentencian los integrantes de Mavea en un informe que hicieron público ayer en un acto organizado en el Centro de Servicios Universitarios por la Sociedad Económica Amigos del País. En dicho estudio, el colectivo ornitológico desgrana los problemas, peligros y amenazas a las que se enfrenta el Monumento Natural en su décimo aniversario.

«El crecimiento del puerto y las zonas industriales, la reducción de los límites originales y la pérdida de lodos, la presión humana, la polución del aire y del agua, la contaminación acústica y el polvo, el desmoronamiento de las dunas, la desecación de la charca y la proliferación de especies invasoras como el plumero de la pampa ("Cortaderia selloana") ponen en peligro la ensenada de Llodero y la charca de Zeluán», especifican los miembros de Mavea, que en su informe presentan propuestas para la mejora del Monumento Natural.

Plantean, así, la recuperación de las marismas de Llodero (Maqua) para lo que ya se formó en 2011 una plataforma integrada por 24 entidades. Pretenden conseguir un espacio intermareal comunicado con la ensenada a través de varios conductos que pasarían bajo la actual carretera que conduce a la península de Nieva. Este espacio se comunicaría con el río Vioño, a través de varios canales abiertos a lo largo de su cauce, de manera que se obtendría un espacio de agua salobre, especialmente rico por la variedad y cantidad de organismos animales y vegetales que albergaría. Proponen también la recuperación del espacio completo de la ensenada, la reglamentación adecuada de usos o la inclusión del Monumento en la lista de humedales de importancia internacional «Ramsar». Asimismo se comprometen a realizar durante 2013 un censo diario -proyecto «Mazarico»- para conocer en profundidad la migración de limícolas en el Monumento Natural. Tras 25 años censando aves, los de Mavea reconocen que la ensenada de Llodero y la charca de Zeluán «conforman uno de los mejores enclaves de todo el Cantábrico» para las aves limícolas.