Myriam MANCISIDOR

«Se deben medir y vigilar los niveles de contaminación. Estos no deben sobrepasarse ni siquiera 24 horas», sentenció ayer Adonina Tardón, secretaria científica del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), minutos antes de ofrecer una conferencia en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés bajo el epígrafe de «Contaminación atmosférica y salud». Tardón, aunque natural de Oviedo, conoce bien el área sanitaria avilesina, con un alto nivel de industrialización. Desde 2004 lidera un estudio enmarcado en la red Inma (Infancia y Medio Ambiente) en el que participan mujeres que han tenido a sus hijos en el San Agustín.

«Esta claro que en la zona rural hay menos polución que en la urbana, que hay más contaminación por NO2 (dióxido de nitrógeno) cerca de las carreteras y de benceno cerca de algunas industrias», dijo la especialista, que ofreció consejos para convivir mejor con la polución atmosférica: «Paseos por el campo, ventilar las casas que están cerca de las carreteras por la noche cuando hay menos tráfico y seguir una alimentación rica y equilibrada puede ayudar a reducir los niveles de contaminación».

En este sentido, precisó: «En el estudio detectamos que, en comparación con otras regiones, en Avilés no estamos tan mal. Quizá la contaminación por benceno es superior, pero está casi en los límites fijados por la OMS (Organización Mundial de la Salud). Lo que es destacable es que los niños del estudio están muy saludables comparándolos con los del resto del país y esto es debido, probablemente, a una alimentación rica en fruta y verduras, alimentos antioxidantes que reducen los efectos nocivos de la contaminación».

Adonina Tardón explicó asimismo la preocupación de las Organizaciones por las «partículas finas» que se asociación a mayor número de patologías. «En Avilés las partículas finas guardan correlación con las partículas PM 10», precisó la especialista del IUOPA. La composición de las partículas en suspensión puede ser una mezcla muy variada: por ello se clasifican según su medida y según como se comportan al respirar, y no tanto por lo que contienen. Las partículas de diámetro aerodinámico igual o inferior a 10 µm (PM10) suelen llegar más allá de la garganta. Las que tienen un diámetro igual o inferior a 2,5 µm (PM2,5) pueden llegar hasta los pulmones. Finalmente, las partículas ultrafinas, con un diámetro igual o inferior a 0,1 µm, pueden llegar a pasar del alvéolo pulmonar a la sangre. De ahí que Adonina Tardón recomendara ayer seguir la normativa vigente y «vigilar» los límites establecidos para evitar patologías.