Myriam MANCISIDOR

En la comarca avilesina hay «viudas del amianto»: mujeres que en los últimos años han perdido a sus parejas por asbestosis, una patología pulmonar causada por la inhalación de fibras de asbesto (amianto). Se trata de una enfermedad catalogada como rara, aunque en el área sanitaria el número de pacientes de asbestosis está dos veces por encima de la media regional. ¿El origen? Principalmente, laboral. Así lo dio a conocer Mario Margolles, jefe del Servicio de Epidemiología de la consejería de Salud. «Se trata de una patología relacionada con la exposición a fibras de amianto, un material que hasta hace unos años se utilizó, por ejemplo, como aislante de trabajadores y edificios en sitios donde había fundiciones», manifiesta.

La asbestosis tarda entre 20 y 40 años en manifestarse. Y no es una patología grave, aunque en ocasiones es la culpable del desarrollo de otras enfermedades como el mesotelioma, un tumor poco frecuente que se desarrolla en la pleura o el peritoneo o el cáncer de pulmón. Jesús Alonso, secretario de Salud Laboral de CC OO en Asturias, manifiesta al respecto: «Antiguamente no se advertía a los trabajadores del peligro y los empleados de las fábricas llevaban a sus casas sus buzos y otras prendas para lavar, con partículas de amianto. Este mineral lo había incluso en los trenes». La práctica totalidad de los diagnósticos de asbestosis responden, a su juicio, a enfermedades profesionales.

Comisiones Obreras ha llevado, así, distintos casos a los tribunales. Solo este año la central ganó dos casos, ambos de trabajadores enfermos de asbestosis a los que se les reconoció esta enfermedad de origen laboral. En Asturias, el 8 por ciento de los asturianos sufre por lo menos una «enfermedad rara», es decir, un síndrome que afecta a menos de 500 personas. Si en las áreas sanitarias donde existen minas es común la silicosis (neumoconiosis producida por inhalación de partículas de sílice), en la comarca avilesina la asbestosis es una de las más prevalentes. Son las secuelas pulmonares de un pasado industrial.

El uso del amianto se prohibió en el año 2001 en España, pero según Alonso, aún hay fábricas y edificios públicos construidos entre las décadas de los cincuenta y los ochenta del pasado siglo que cuentan con este mineral. De ahí que los responsables de Comisiones Obreras tengan previsto iniciar próximamente una campaña de concienciación para prevenir de las consecuencias de la asbestosis. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay unos 125 millones de personas expuestas al amianto en su lugar de trabajo. En el área sanitaria avilesina la asbestosis no es, sin embargo, la única enfermedad rara que supera la media regional.

Los casos de hernia hiatal congénita, por ejemplo, están cuatro veces por encima de la media asturiana. La osteodristrofia renal, la glomerulonefritis crónica, la osteoartropatía hipertrófica pulmonar, la miositis (fibrodisplasia) osificante progresiva, la alteración en el metabolismo del cobre, la mucopolisacaridosis, la neurofibromatosis o la enfermedad de moyamoya son también patologías raras que prevalecen en el área sanitaria avilesina. «En Avilés se detectan muchas enfermedades renales debido a que el servicio de Nefrología del Hospital San Agustín se trabaja muy bien, con buenos diagnósticos y tratamientos. Muchos de estos pacientes son tratados, además, en el propio centro sin derivaciones a otros hospitales», explica Margolles, que asegura que a día de hoy se desconoce hasta qué punto influye el medio ambiente en la declaración de enfermedades raras. «Se habla de disrupción enzimática, es decir, puede que la contaminación no produzca malformación como tal pero sí puede estar detrás de ciertas alteraciones. Medio Ambiente también es el laboral y de ahí surgen, por ejemplo, la asbestosis o la silicosis», concluye.