Médico estomatólogo

Myriam MANCISIDOR

Ignacio Martínez es médico estomatólogo con clínica en Avilés desde hace ahora diez años. Para Martíne, la boca apenas tiene secretos y, menos aún, los implantes de titanio. Por eso el médico ovetense Alfredo Machín Muñiz ha contado con Martínez para la elaboración de uno de los capítulos del libro «Cómo identificar, prevenir y tratar las complicaciones en implantología» que acaba de salir a la luz. La obra surge como «una guía de fácil manejo que ayudará en la prevención, identificación y tratamiento de los problemas derivados de un implante dental».

-Si falta un diente...

-Entre las diversas soluciones para reponer los dientes perdidos ocupan un lugar destacado los implantes dentales, que permiten recuperar el espacio dejado por los dientes extraídos, no se mueven y logran una estética más aceptable. Los implantes se fabrican con titanio y se integran en la boca gracias a la capacidad de este material para unirse al hueso sin espacio intermedio.

-¿Es dolorosa la intervención?

-Aunque algunas personas no recurren a los implantes por miedo al dolor o las complicaciones operatorias, afortunadamente éstas son muy poco frecuentes. Lógicamente la zona está inflamada unos días, pero a la semana el aspecto del paciente es completamente normal.

-¿Todo el mundo puede llevar implantes de titanio?

-No todos los pacientes son candidatos. Hay unas limitaciones anatómicas y otras de salud. Para integrarse, el implante debe tener suficiente hueso alrededor. Al perder un diente se produce un proceso de lenta reabsorción del hueso del soporte, por lo que si pasa mucho tiempo desde entonces puede que no haya el necesario para anclar el implante. Otras causas que desaconsejan la colocación de implantes son algunas enfermedades metabólicas mal controladas y enfermedades infecciosas activas.

-¿Es una intervención costosa?

-Es cierto que supone un esfuerzo económico importante, pero hay que valorarlo en función de la calidad de vida que se logra.

-¿Por ejemplo?

-Las personas mayores, por ejemplo, mejoran sus relaciones sociales considerablemente. También las personas que antes llevaban prótesis removibles (de quitar y poner) y cambian a implantes acuden a los restaurantes sin miedo a que se les mueva la dentadura, por citar otro ejemplo.

-Primero se colocan los implantes, ¿pero cuál es el mantenimiento?

-El 90 por ciento del mantenimiento corre a cuenta del paciente en su casa, aunque es conveniente que el paciente haga revisiones periódicas en el dentista y, si es necesario, este le someta a exámenes radiológicos. A nadie se le ocurre comprar un coche y no hacer revisiones; en este caso de los implantes ocurre lo mismo.

-¿Se abusa de los implantes?

-Han supuesto una revolución tremenda en la odontología y cada vez se usan más porque, como decía antes, las mejoras en la calidad de vida son enormes.

-¿La crisis también ha entrado en la consulta de los dentistas?

-La crisis económica está en todos sitios y afecta a todos los sectores. A nosotros claro que nos influye, con la agravante de que estamos hablando de salud: si una persona deja de hacerse una revisión puede que lo que era una caries pequeña acabe siendo un problema mucho mayor.

-¿Es cierto que una boca bien cuidada, más allá de la estética, evita el desarrollo de ciertas patologías?

-Así es. Una boca descuidada es un foco de infecciones. La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, influye, por ejemplo, en el control o descontrol de la diabetes. Las mismas bacterias pueden dañar el corazón y cada vez hay más estudios que relacionan un mal cuidado de la boca con enfermedades cardiovasculares.

-¿Detrás de algunas fracturas de piezas dentales está la crisis económica?

-Si, cada vez más.

-Entonces, ¿trata a más pacientes con bruxismo (hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes) debido a situaciones de estrés?

-Si, muchos más. El paro, los problemas personales, el malestar en el trabajo... Todo eso se manifiesta apretando los dientes, que se desgastan y se fracturan. Lo ideal sería ir a la causa, darle a los pacientes cierta estabilidad, pero ante esto lo que hacemos es prevenir con diversos tratamientos el bruxismo.

-¿Cómo?

-Se suelen utilizar férulas de descarga o de protección para evitar este movimiento involuntario que, generalmente, se realiza de manera inconsciente por las noches al dormir. El apretamiento también provoca mayor desgaste en el cuello de los dientes y mayor distancia entre el diente y el hueso. Se puede manifestar también con dolores de cabeza.