Piedras Blancas, I. MONTES

Los arqueólogos Iván Muñiz y Alejandro García también encontraron de forma fortuita hace tres años el documento más antiguo sobre la mina de Arnao. Los expertos localizaron en los archivos del Ministerio de Cultura unos papeles que datan de 1591. Se trata de una carta de puño y letra de Fray Agustín Montero al rey Felipe II para que apoye la explotación minera de Arnao.

Fray Agustín Montero era el representante en Asturias de una institución señorial, el monasterio del Carmen de Valladolid, y ya había llevado a cabo otras prospecciones en la zona oriental asturiana. Fray Agustín Montero procedía de Naveces y cuando comenzó las prospecciones en otras minas de Arancés encontró una «piedra negra» que hizo analizar y llegó a la conclusión de que se trataba de material energético (carbón).

El fraile puso el hallazgo en conocimiento del rey para que diera permiso de explotación y para acordar el canon. Por aquel entonces la explotación era al pie del acantilado de Arnao, sobre el material que iba arrastrando el mar a la costa. El carbón se lleva a Portugal.