El archipiélago de Ogasawara pertenece a Japón. Está a mil kilómetros de Tokio, en el Océano Pacífico; lo encontró Bernardo de la Torre, en 1543. Entonces, Castilla buscaba el tornaviaje, el retorno que no podía hacer por el Índico bordeando las costas de Africa: la Corona Portuguesa lo impedía. En una aquellas islas - ahora llamada Chichijima- se ha dejado ver, por primera vez, un calamar gigante en su hábitat natural, nadando contra corriente. Las imágenes distribuidas por la NHK , la televisión pública japonesa y Discovery Channel, no desmerecen las fantásticas historias protagonizadas por esta criatura. El «monstruo» acaba de dar la cara?

El Museo Nacional de Ciencia y Natureza de Japón y las dos cadenas de televisión citadas han conseguido «pescar» a un ejemplar de «Architeuthis Dux» en libertad. Tsunemi Kubodera, el zoólogo, que ha dirigido la investigación, llevaba años persiguiendo a su presa. En otros mares del planeta, incluido el Cantábrico, se perseguía el mismo objetivo.

El ejemplar que se ha podido grabar mide, según Kudobera, unos siete metros. Fue sorprendido cuando atacaba a otro calamar que se usó como cebo, a seiscientos metros de profundidad. El documental , producido por NHK y Discovery, escribe una página de la historia de la investigación oceánica que permanecía incompleta. Es, también, un premio a la constancia y un ejemplo de contenido y conversación audiovisual. Este espectáculo, que lo es, viene a demostrar que el mandato de la absurdidad televisiva no siempre impera.

Los principales centros en investigación oceanográfica mantienen una estrecha relación con Asturias. Luarca es, a nivel internacional, un referente del calamar gigante. Los mas de treinta ejemplares de architeuthis que se conservan en el Principado, constituyen la colección mas numerosa y codiciada del mundo (por hacernos una idea, el Museo de Ciencias y Naturaleza de Japón dispone de tres ejemplares y la Institución Smithonian exhibe una pareja procedente de Asturias).

El aspecto museístico se completa con ejemplares de otras especies del océano profundo, igualmente sorprendentes. El valor añadido del conjunto asturiano es, sin duda, la investigación. Muy pronto se publicará el último estudio realizado aquí sobre la especie con una conclusión principal : las once subespecies de «Architeuthis Dux» que se creía que habitaban en el planeta, quedarán reducidas a una. Muestras obtenidas en las necropsias practicadas en Luarca, datos sobre población o patologías son requeridos constantemente por la comunidad internacional que reconoce a Asturias como el principal laboratorio de observación y estudio del calamar gigante.

Sin embargo, la realidad es que el crédito millonario concedido por el voluntarismo de CEPESMA está a punto de agotarse. El Centro del Calamar Gigante no pertenece a la Red de Museos del Principado, a pesar de su carácter público. Las exiguas ayudas que recibe -no llegan a los doce mil euros anuales- son en concepto de los servicios que presta a medio ambiente o a educación infantil. A la falta de apoyo económico se suma la invisibilidad del Museo: queda fuera de los circuitos turísticos promocionados. Lo peor es que si Asturias insiste en no mirar hacia el mar, no encontrará el tornaviaje que le permitirá retornar al crecimiento, al futuro.