Elisa CAMPO

El plan urbano de Corvera, cuya tramitación está ya en su fase final, prevé la erradicación del concejo de todos los eucaliptos y plantas alóctonas invasoras que lo pueblan, tales como las mimosas y las cortaderias (o plumeros). Se trata de una apuesta pionera en Asturias, que va un paso más allá de las restricciones ya planteadas en Castrillón e Illas en el marco de sus planes de ordenación del territorio. Los propietarios de plantaciones de eucalipto podrán talarlas y vender la madera, pero después tendrán que hacer un nuevo cultivo de especies autóctonas. Además se penalizará por igual la implantación activa y la pasiva, esto es, no servirá justificar que los eucaliptos rebrotaron solos nuevamente. El responsable del área de Medio Ambiente de la Mancomunidad Comarca Avilés, Ignacio Martínez, señala que en Corvera se produce «un salto cualitativo» y sin parangón en la ordenación territorial de Asturias, al marcar tanto los derechos y los deberes de los propietarios de áreas forestales como regular la recuperación de la biodiversidad.

El concejal de Urbanismo de Corvera, Enrique Bueno, explicó que el objetivo es recuperar para el concejo un marco natural equilibrado y reponer con plantas autóctonas los suelos para legarlo a las generaciones venideras. «Los eucaliptos dejan desérticos los suelos y generan sequía; nuestro interés es el de conseguir un crecimiento ecológicamente sostenido», añadió Bueno. Para él es cuestión de convencimiento: «Es una apuesta de futuro. Creemos en ello. Sabemos que hay vecinos que están a favor y otros en contra, pero es terrible que en las últimas décadas, por la fiebre de plantación de eucaliptos, haya cambiado la configuración del concejo y para negativo». El concejal, de IU, que además es segundo teniente de Alcalde en coalición con el PSOE, considera que toda Asturias tendría que trabajar en profundidad sobre el tema de las especies alóctonas invasoras: «Todo el frente costero es una barbaridad, parece Australia», señaló.

El contexto en el que se enmarca este veto a los eucaliptos es el de una franja costera asturiana en la que los bosques son mera anécdota, debido a la implantación masiva, décadas atrás, de esta especie de rápido crecimiento y rendimiento en manos de la industria maderera. «El porcentaje de bosque es ridículo y eso merece una reflexión colectiva», advirtió Ignacio Martínez. En la comarca avilesina los espacios naturales más singulares, todos ellos acechados por la industria, son el bosque de La Furta (propiedad de Dupont y el único bosque propiamente dicho), el arbolado de rivera de Raíces y el sistema dunar del Espartal.

La expansión de especies alóctonas implantadas por la mano humana es, según Ignacio Martínez, el segundo problema ambiental en la biosfera, sólo por detrás de la reducción del número de especies. En este contexto se enmarca el nuevo planteamiento de ordenación del suelo en el municipio corverano. «Es una ventana de modernidad en un concejo aparentemente tan alterado como Corvera, que no deja de ser una mezcla extraña entre lo más deteriorado y lo más valioso», explicó el técnico ambiental de la Mancomunidad. Y añadió: «No podemos deteriorar más el medio. Y eso se traslada en considerar prohibido la implantación de cubierta vegetal alóctona».

La normativa corverana no incluye una lista de especies prohibidas, sino que se remite al catálogo de la flora vascular de Asturias, incluida en el tratado «Itinera Geobotánica». «El giro trascendente es que Corvera va mucho más allá del eucalipto, que fue la avanzadilla del problema: ahora se pone veto a todas las especies invasivas», apuntó Ignacio Martínez.

De las 20 especies invasoras más dañinas para España, varias encuentran acomodo en la comarca avilesina, como la uña de gato, las ya mencionada cortaderia y mimosa, la flor de lila, la flor de hombres... Todas ellas estarán prohibidas en Corvera una vez que comience aplicarse el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. Tampoco podrán utilizarse variedades trasgénicas, cuyo uso está prohibido, ni cambiar los hábitats protegidos. Esto son las líneas generales de una ordenación del territorio que sólo está ya pendiente del visto bueno de la Cuota.

Después quedará el trabajo fino: el Ayuntamiento de Corvera tendrá que convertir esta normativa general en unas ordenanzas concretas que determinen cómo sancionar el uso de especies indebidas e impulsen la recuperación de la biodiversidad. «Habrá que hacer un esfuerzo por educar», sentenció el técnico medioambiental.