Profesor de Derecho Constitucional

Amaya P. GIÓN

Miguel Ángel Presno, profesor titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, dirige el curso del Aula Jurídica «La vida y las normas, el Derecho que (nos) está pasando», que arrancó ayer el Centro de Servicios Universitarios y que está abierto tanto a estudiantes como al público en general.

-¿Es la española una sociedad democrática avanzada?

-Esa aspiración que tenía la Constitución en 1978 no se ha conseguido. Sigue siendo válida la idea de democracia que defendió en su día Lincoln: el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Esa sociedad ideal, con los instrumentos que tenemos, no se ha alcanzado.

-Explíquese.

-Cuando hablamos de gobierno del pueblo hay que tener cuenta que éste sea lo más amplio posible para que nadie se quede fuera en la toma de decisiones. Para hacer el sistema más democrático habría que reducir la edad electoral a los 16 años, algo que ya se ha hecho en Austria, y que los extranjeros con residencia permanente puedan ser electores y elegibles en las elecciones autonómicas y generales.

-¿Y el gobierno por el pueblo?

-Hablamos de las elecciones y los referendos como instrumentos de Gobierno. En el sistema electoral español, los resultados no reflejan la representatividad real de las formaciones políticas, hay opciones que tienen más escaños que porcentaje de votos, y viceversa. No es que el sistema sea antidemocrático, pero hay deficiencias que corregir. Habría que modificar el sistema electoral para hacerlo más proporcional, algo que en Asturias se va a intentar corregir (se ha creado una comisión para ello) y que podría aplicarse a nivel general.

-¿Y cómo debería ser ese sistema?

-Habría que buscar mejor proporcionalidad, como en el sistema alemán, donde hay una equivalencia entre el porcentaje de votos de un partido y el de escaños. En España, el PP tiene el 44% de los votos y el 53% de los escaños. Está claro que está sobre representado.

-¿Y los referendos?

-De manera errónea, se tiende a identificar la democracia con las elecciones. En España están reguladas de forma restrictiva cierto tipo de decisiones en los que debería consultarse directamente a los ciudadanos. En casi 35 años de democracia sólo hemos tenido dos consultas populares. En otros países se han decidido por referéndum cuestiones como el aborto, la energía nuclear, la privatización de servicios públicos, etcétera. Y el sistema español también es muy restrictivo en el tema de las iniciativas legislativas populares: se exigen muchas firmas (500.000, cuando en Italia son 50.000) y porque existen muchos temas en los que no es aplicable; en todo lo que tiene que ver con los Derechos Fundamentales (educación, huelga, medios de comunicación) no caben iniciativas legislativas.

-¿Nos representan adecuadamente nuestros gobernantes?

-No, porque no hay una correlación entre el voto y la representación. El sistema representativo falla desde el momento de la elección, pero también porque el gobernante no rinde cuentas a los ciudadanos. En otros países, cuando se toman decisiones se comparece ante el pueblo, y no a través de una pantalla de televisión.

-El sistema de salud del sistema democrático español es...

-El estado de salud es anémico. Sin vivir en una dictadura, vivimos en un sistema muy mejorable en términos democráticos.

-¿Está caduco?

-Sí, y en parte lo está porque hemos vivido creyendo que el trabajo hecho en la transición era tan bueno, que mejor no tocarlo. Fue bueno en su momento, pero 35 años después es muy difícil que mantenga las virtudes. En 1979 ya se dijo que el Senado no era adecuado y hoy aún no hemos conseguido cambiarlo, el tema de la Monarquía...

-Muy actual, por cierto...

-Sí, no se atrevieron a cambiar algo tan trivial como que el hombre tenga preferencia sobre la mujer en el orden sucesorio por temor a que se cuestionase la propia institución. Pero no hay que tener miedo a cambiar este tipo de cosas. Si la Monarquía no tiene aceptación, tendrá que desaparecer.

-¿Y considera que la tiene?

-(Ríe) Me parece sospechoso que el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) haya eliminado de repente la pregunta sobre la monarquía. El caso Urdangarín y el del propio Rey está contaminando claramente la institución. Y la Monarquía no ha sabido responder a eso.

-Transparencia, ¿poca?

-España es el único país de la Unión Europea de más de un millón de habitantes que no tiene una ley de transparencia. Con ella se evitarían muchas cuestiones. Por ejemplo, si fuese obligatorio que todos los contratos de cualquier administración se colgasen en internet , y ocurriese lo mismo con los informes, evitaríamos que apareciesen «documentos fantasma». Y es inadmisible que el Gobierno insista en que la Casa Real no se someta a la Ley de transparencia cuando recibe más de ocho millones de euros de dinero público. Tenemos derecho a saber a qué se destina . A la Casa Real no le conviene esa opacidad, la gente entiende que hay algo que ocultar.