Myriam MANCISIDOR

Aquilino Menéndez del Valle ingresó el sábado, malherido, en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA). Su vida pendía de un hilo y Del Valle se aferró a él, pero no pudo hacer frente a las graves lesiones que padecía en la cabeza. Murió ayer por la mañana, a los 55 años y horas después de sufrir un fatal accidente en la carretera AS-238 que comunica Avilés con Gozón. Con su fallecimiento, el mundo deportivo enmudeció.

Aquilino Menéndez del Valle trabajaba como bombero en Arcelor-Mittal pero si por algo era conocido en la región -y en buena parte del Cantábrico- era por su afición al ciclismo y, más aún, al triatlón. Presidía el Club Triatlón de Castrillón. Quienes compartieron rodada con él lo definían como un «padre, un amigo, un hombre sobre todo prudente».

Pero en la carretera se le cruzó el infortunio. Circulaba con su bicicleta sentido Avilés cuando a la altura del cruce de Tabiella un bache existente en la calzada le hizo perder el equilibrio, según medios policiales. En su caída el ciclista invadió el carril contrario a su marcha, por donde circulaba un vehículo en sentido a Luanco contra el que impactó. Como consecuencia de los golpes, Aquilino Menéndez sufrió importantes lesiones. La muerte le acechó en el HUCA, en Oviedo.

El cadáver del deportista permanecerá en el centro sanitario hasta hoy a primera hora de la tarde, cuando se instalará la capilla ardiente en el Tanatorio de Avilés. «Vamos a donar sus órganos», explicó el hijo de Aquilino Menéndez, Iosu. Visiblemente abatido, el joven apenas podía hacer alusión a su padre: «Lo era todo», dijo. El martes se celebrará el funeral en Piedras Blancas.

Aquilino Menéndez nació en San Esteban de Pravia (Muros de Nalón) y siendo muy pequeño se trasladó con su familia a Bilbao, donde conoció su pasión: no era escalador nato ni contrarrelojista puro, el presidente del Club Triatlón de Castrillón era un amante del deporte. Deja mujer, hijo y una nieta, una familia de corredores. Atrás deja también a decenas de personas que ayer a lo largo del día se fueron haciendo eco de la muerte de Del Valle.

«Era buen compañero, animoso... Lo que ha ocurrido no se puede explicar, es un desastre», aseguraban algunos compañeros del Club que tardarán mucho tiempo en olvidar a ese hombre que a cada pedalada daba un consejo para evitar accidentes en la carretera. Aquilino Menéndez del Valle cruzó la línea de meta antes de tiempo.