El Museo de la Historia Urbana de Avilés ha abierto hoy sus puertas a un público al que se le muestra el patrimonio milenario de la ciudad a través de un discurso que conjuga las tecnologías de última generaciones con los recursos más tradicionales, como maquetas, hologramas o trucos teatrales.

Las nuevas instalaciones ofrecen sorpresas al visitante como una ventana apaisada en la parte alta del inmueble con una cortinilla que se despliega y permite ver una imagen recortada del Centro Cultural Oscar Niemeyer.

Un efecto parecido lo ofrece a menos altura con una segunda ventana, más grande, sobre un saliente de la fachada del edificio, que permite una perfecta visión de la Iglesia de Los Padres Franciscanos, el edificio más antiguo que se conserva en la ciudad, que data de los siglos XII y XIII.

El Museo cuenta la historia Avilés y de sus personajes, los hitos más significativos y su patrimonio en un espacio temporal que arranca en el Paleolítico y llega hasta el siglo XXI.

El contenido expositivo es obra de los historiadores Juan Carlos de La Madrid y su hermano Vidal, que han acudido a la inauguración junto con la alcaldesa de la ciudad, Pilar Varela, y otras autoridades locales.

El Museo ha sido diseñado para ser visitado de arriba abajo, de modo que los visitantes accederán a él y serán conducidos, en ascensor, al bajocubierta de la tercera planta del edificio, en donde comenzará el recorrido.

La planta de bajocubierta es un espacio de acogida al visitante que recorre todo el milenio a través de piezas, imágenes y proyecciones audiovisuales que sirven para contextualizar el pasado.

La segunda planta ofrece una visión de la villa en sus épocas Medieval y Moderna, con curiosas alusiones a los fueros, los alfolíes de la sal y la antigua muralla.

La villa moderna rompe el cerco de la muralla y da entrada a los grandes palacios que son emblema de la ciudad y transforman su fisonomía.

El la primera planta queda constancia de las etapas burguesa e industrial, con el puerto, como protagonista de otro período de bonanza y desarrollo en el siglo XIX y principios del XX.

A mediados del siglo pasado surge una nueva "revolución" con la llegada del gigante Ensidesa, del que se puede ver un resumen de la película que se rodó para el NODO con motivo de sus obras de construcción.

El museo también cuenta con elementos llamativos como la imprenta original de la que salieron los primeros ejemplares de la prensa local escrita o réplicas exactas de un palco del Teatro Palacio Valdés y del monumento de Los Canapés.