El presidente de la Cámara de Comercio de Avilés, Francisco Menéndez, que a su vez es miembro del consejo de administración de la Autoridad Portuaria, dice estar tranquilo con respecto a la posibilidad de que dos de los grandes clientes del puerto local, Endesa y Tudela Veguín, cambien de aires debido a la próxima aplicación de una normativa ambiental que viene a modificar algunos métodos de trabajo en los muelles; según entienden las empresas, las nuevas «exigencias verdes» se traducirán en un incremento de costes. Menéndez asegura que contactó con responsables de ambas empresas y que, fruto de las conversaciones mantenidas con ellos, comprobó de primera mano que, si bien es cierto que existe cierto malestar, «no parece tan grande como para que se vayan del puerto de Avilés».

El presidente cameral admite que el puerto tiene un problema de polución «importante», debido al cual soporta una fuerte presión vecinal desde hace años; y el camino para acabar con esa situación -siguió explicando Menéndez- pasa por implantar medidas como las recogidas en el plan de calidad ambiental recientemente aprobado. «Comprendo que las empresas que operan en el puerto tengan reticencias, pero creo que será posible llegar a un entendimiento beneficioso para todas las partes», manifestó el presidente cameral.

La próxima implantación de un plan ambiental en el puerto y el desasosiego que causa a algunas empresas también generan expectación en los núcleos de población cercanos a los muelles, los que más directamente padecen las molestias del polvo: «Confiamos en que, más allá de posibles presiones empresariales, las medidas anunciadas para reducir la contaminación portuaria sean pronto realidad», manifestó Antonio Cabrera.