Psicóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer

Ángela Sánchez Pendón, licenciada en Psicología por la Universidad de Oviedo, es natural de Getafe (Madrid). Desde 2004 atiende a enfermos con cáncer y sus familias en la delegación avilesina de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en la calle José Cueto. Sánchez Pendón cuenta también con dos máster: Práctica Clínica en Salud Mental y Terapias Contextuales así como con cursos en violencia de género y psicooncología.

-¿Por qué decidió orientar su carrera profesional hacia la psicología oncológica?

-Esta rama está dentro de la Psicología clínica, a lo que he dedicado toda mi formación curricular, y enmarcada en la Psicología de la Salud, que es un campo que me interesa especialmente. Por otra parte, el cáncer también tocó a mi familia y siempre me he sentido muy identificada de manera personal tanto con los pacientes como con los familiares ya que conozco el sufrimiento que genera esta enfermedad.

-¿Cómo llega a la delegación de Avilés de la Asociación Española Contra el Cáncer?

-Formo parte del grupo de Psicooncología del colegio de Psicólogos de Oviedo y fue aquí donde supe de la Asociación Contra el Cáncer, y donde más intensamente me interesé por su trabajo y por el colectivo del que se ocupaban.

-¿Cuáles son los trastornos emocionales más frecuentes en el enfermo con cáncer?

-Solemos hablar de trastornos adaptativos mixtos, donde suelen darse casos de ansiedad (miedo al futuro, miedo al miedo) y depresión. Aunque lo más común es la tristeza profunda, el duelo por la pérdida de la salud.

-Al familiar del enfermo se le considera, en ocasiones, «paciente de segundo orden»

-Nunca de segundo orden. Los familiares son personas que intentan dar soporte y apoyo a otra a la que quieren, y que sufren. Una de las situaciones más dolorosas que nos encontramos en la vida es ver sufrir a quien queremos. Por tanto, los familiares no son para nosotros pacientes de segundo orden, son personas que necesitan apoyo extraordinario para seguir cumpliendo su función de cuidadores y, quizá , en ocasiones, ayuda para reorganizar su vida y su tiempo a nivel práctico a fin de que la enfermedad no invada absolutamente todos los aspectos de la vida personal y familiar de cada uno de los miembros.

-¿Qué problemas sufre el cuidador de un enfermo con cáncer?

-Sus problemas suelen ser de agotamiento, de bloqueo mental o conductual ante las dificultades que debe abordar.

-¿En qué se basa la intervención psicológica del paciente con cáncer?

-Hemos hablado de trastornos adaptativos, y esto es lo que tratamos, la adaptación a su nueva situación vital y de salud.

-¿Cómo?

-Les dotamos de herramientas a nivel psicológico y conductual que les permitan abordar una situación que, en principio, se presenta como desbordante. Adaptarse significa no negar, no luchar contra lo que no se puede (por ejemplo «no me tenía que haber pasado a mi») sino con aquello que nos permita seguir adelante. Para esto el paciente debe poner todos los recursos de los que dispone, tanto personales como médicos y sociales, al servicio de lo que más le importa que, en definitiva, es seguir con su vida.

-A su juicio, ¿se debe ocultar o informar al paciente oncológico de la enfermedad que sufre y sus consecuencias?

-En principio, la máxima es dar a conocer al paciente lo que quiera conocer y respetar su derecho a no saber. Aunque, personalmente y desde un aspecto psicológico, sabemos que se puede hacer mejor frente a lo conocido que a lo desconocido. La imaginación puede ir muy lejos y puede asustar mucho más que la realidad. De todas formas, el exceso de información nos confunde a todos, no sólo a las personas que padecen cáncer.

-¿Cómo se debe comunicar una noticia de estas características, al enfermo y a su familia?

-Con respeto a los sentimientos que genera. Con esta instrucción fundamental no harían falta más indicaciones.

-¿Es distinta la forma de intervenir según el paciente o según el tipo de tumor?

-El miedo es igual para un cáncer incipiente que para otras situaciones más agresivas. Esto va a depender de la persona, de sus características de personalidad previa y de su historia. Los tratamientos aunque enfocados a un mismo fin se adaptan, así, a las situaciones personales de cada paciente.

-¿Qué puede ofrecer la asociación a los enfermos y a las familias?

-Apoyo psicológico, integración en grupos de rehabilitación psicosocial, integración en grupos de voluntariado, testimonial, de hospitales o de obtención de recursos. Múltiples programas de prevención en colegios, en empresas? En fin, la cartera de programas y actividades es extensa.

-¿Está demostrada la mejoría de los pacientes y de los enfermos que reciben apoyo por parte de la asociación?

-El nivel de satisfacción de las personas que han pasado por la Asociación es muy alto. De hecho, muchas de las personas que pasan por aquí quedan vinculadas a la Asociación a lo largo de los años, y se hacen colaboradores activos.

-¿Cuál es la importancia de la nueva campaña de voluntariado que ha impulsado la AECC de acompañamiento domiciliario y en hospitales a los enfermos?

-Es importante porque somos sensibles a las necesidades que la sociedad demanda. El voluntariado es una alternativa de participación de la comunidad y desde la comunidad necesaria por el incremento de la demanda de este sector social y por la dificultad de poder cubrir todas estas necesidades desde el Estado.

-¿Qué requisitos debe cumplir un voluntario de la Asociación Española Contra el Cáncer?

-Aceptamos , en principio, a todas aquellas personas que tienen una inclinación natural hacia las labores de voluntariado. Para ello deben hacer un curso de iniciación gratuito, como todos los programas que la AECC ofrece. Después, dependiendo de las características, habilidades, interés y disposición de cada uno de ellos, irán cubriendo diferentes destinos ya sea en hospitales, domicilios...