Myriam MANCISIDOR

Mientras que el turismo ornitológico está experimentando un «boom» en Castilla y León o en el País Vasco, los integrantes del grupo ornitológico Mavea han decido impulsar el «birdwatching», como se conocen ahora los programas de avistamiento de aves. Con este fin, el colectivo avilesino ha lanzado el proyecto Mazarico, que tiene por objetivo conocer en profundidad la migración de aves limícolas en el Monumento Natural de la charca de Zeluán y la ensenada de Llodero. Miembros de Mavea realizan, con este fin y de forma voluntaria y altruista, visitas diarias desde principios de año a dicho humedal para contar las aves.

El paso primaveral, según los integrantes del grupo ornitológico, está siendo especialmente bueno para especies como el correlimos tridáctilo, el zarapito trinador y el águila pescadora. De correlimos se han censado más de 2.000 aves en Avilés y se ha registrado la mayor concentración conocida de esta especie en el litoral cantábrico: 465 ejemplares juntos. Asimismo, cerca de un millar de zarapitos trinadores pasaron por la ensenada de Llodero y se detectaron siete ejemplares de águila pescadora, uno de ellos anillado en Escocia.

«Estos tres ejemplos confirman el enorme valor faunístico de la ría de Avilés, pues la causa de que estas aves paren aquí es porque reúne dos requisitos vitales para ellas: comida y refugio», explica el coordinador del grupo ornitológico Mavea, César Álvarez Laó.

El proyecto Mazarico nació a principios de este año con tres objetivos claros: registrar cómo varía el número de limícolas día a día durante un año y estimar de la forma más precisa posible el número de aves -especialmente limícolas- que pasan por Llodero y Zeluán y el tiempo que permanecen en ambos enclaves. Con las cifras obtenidas, los integrantes de Mavea pretenden confirmar la «importancia internacional de la zona». «Este censo es posible que refuerce la catalogación de este enclave como humedal Ramsar de importancia internacional», aclara Laó.

Los socios de Mavea llevan años apostando por la ensenada de Llodero y la charca de Zeluán como enclaves de alto valor paisajístico y, sobre todo, faunístico. Hace dos años, los integrantes del colectivo ornitológico impulsaron así, en colaboración con la mancomunidad turística, un plan de visitas guiadas para avistar aves. Los profesionales se encargaban de explicar a los aficionados la historia de este enclave -catalogado como Monumento Natural desde 2002- y también de la ría avilesina. Asimismo, ofrecieron información sobre las miles de aves migratorias que en estas fechas se detienen en Avilés. Mavea estima que a lo largo del año entre 20.000 y 40.000 aves limícolas hacen una parada en Zeluán.