Ana María Vila Fernández lleva en el colegio de La Canal de Luanco desde el curso 1987-1988. Desde entonces, ha trabajado como cuidadora del comedor y en cada uno de sus días, ya fueran buenos o malos, se ha desvivido por sus alumnos, tanto en el comedor como en el patio. Esta maestra de profesión comenzó realizando sustituciones en diversos centros escolares del concejo, pero en octubre de 1987 sacó su plaza de cuidadora y desde entonces no se ha movido de este centro que cumple esta semana cuarenta años. «Cuando empecé había alumnos, sobre todo, de la zona rural, ahora son todos de Luanco», explica esta cuidadora que, con la ayuda de sus compañeras, se enfrenta cada día a 130 pequeños a la hora de comer. «Ahora, el comedor es más multicultural y aunque los niños se enfrentan a una gastronomía diferentes se adaptan muy bien», afirma Vila.

La cuidadora será una de las intervinientes del acto que el centro ha preparado para celebrar el 40 aniversario. Y es que Ana María Vila tiene guardadas un buen puñado de anécdotas de «sus» niños. Los mismos que hace unos días entregaron un texto a ella y a sus compañeras que decía: «Os queremos mucho porque nos haceis reir y sois muy buenas con nosotros. Gracias por darnos consejos, si nos pasa algo siempre estais presentes». Parcialmente emocionada, Vila se desvive por «sus» pequeños y define la etapa infantil como la mejor de la vida: «Son sanos, sinceros y creativos».

Una de las anécdotas que más ilusión le hace a esta cuidadora se la dijo un niño hace ya unos cuantos años. El pequeño le comentó que quería ser médico para cuidar ancianos en una residencia y que siempre iba a tener una habitación para su cuidadora de comedor. «Me dijo que me cuidaría como yo a él y ahora, ese niño está estudiando medicina», describe con orgullo Ana María Vila.

La cuidadora no escatima a la hora de defender las bondades de que los pequeños coman en un comedor escolar como el de La Canal, que funciona desde septiembre a junio cada año. «Los críos aprenden a comer en grupo y a relacionarse más entre ellos y además disfrutan de una buena comida casera», destaca esta profesora-cuidadora querida por los alumnos del colegio de La Canal. «Son despiertos, extrovertidos y superlativos, me encantan los niños», concluye Ana María Vila.