¿Qué tienen en común la multinacional CSC, un despacho de criminología, una asesoría alimentaria, el desempleado Pablo Rodríguez, una agencia de comunicación y una auditoría energética? Pues a la vista de lo acontecido ayer en un encuentro de profesionales celebrado en el pabellón ferial de Avilés, lo que tienen en común ésas y medio centenar de empresas más es la necesidad de darse a conocer; y viceversa, el deseo de conocer a quienes puedan aportar valor a sus respectivos negocios. Facilitar ese conocimiento mutuo era el objetivo de la entidad organizadora del evento, la Fundación Jóvenes Empresarios de Asturias, que eligió Avilés para dar continuidad a un proyecto que vio la luz hace meses en Oviedo y que consiste, como queda dicho, en propiciar encuentros físicos entre profesionales -y también desempleados- con intereses comunes.

Lo más llamativo de este acto convocado y publicitado usando numerosos vocablos de la jerga propia de la era tecnológica que comenzó con Internet -«networking», «checking», «red 2.0», «dinamización de negocio», etcétera- es que los asistentes, una vez en el ajo, actuaron y se dieron a conocer conforme a las reglas de toda la vida: charlas cara a cara con un café en las manos e intercambio de tarjetas de visita, de esas que se guardan para no perder en el futuro la referencia de un contacto. Tanto es así que en todos los manuales sobre cómo hacer «networking» (lo que viene a ser participar en un foro profesional) se aconseja prestar especial atención al diseño y contenidos de esas tarjetas de toda la vida pues al final ese cartón será el que quede en poder del resto de los interlocutores.

Con la lección bien aprendida, Lucía Fueyo y María Martínez, ambas de Gijón, eran capaces de describir en pocos segundos su proyecto de negocio a cualquiera que se lo preguntase y a renglón seguido entregaban la tarjeta de marras; la de Lucía Fueyo sirve para presentar «Cáctus», una agencia de comunicación que presta servicios web, publicitarios y de diseño, y la de María Martínez hace lo propio con «Ixuxuxuu», una firma dedicada a una amplia gama de servicios relacionados con Internet.

El término «web 2.0», muy en boga actualmente en ciertos círculos profesionales, comprende aquellos sitios web que facilitan la posibilidad de compartir información y cuyo diseño está centrado en el usuario y la colaboración entre éstos en la web. Por extensión, se habla del «ámbito 2.0» como un espacio, en este caso laboral, basado en la interactividad entre los sujetos participantes. Lo que es complicado de explicar con palabras resultó ser mucho más fácil en la práctica en la jornada de encuentros profesionales celebrada ayer en Avilés. Los organizadores, tras la correspondiente presentación y bienvenida, habilitaron salas donde personas con intereses laborales comunes o cercanos tenían que presentarse ante los demás en 30 segundos y explicar tanto a qué se dedican como cuáles son sus necesidades actuales en materia de posibles colaboraciones con otras empresas. Tras ese escueto intercambio de información, el resto vino rodado: se formaron corrillos de personas con intereses afines y fluyó la información. Eso es «networking».

Desde la Fundación Jóvenes Empresarios se facilitaron, ya de tarde, datos positivos sobre los resultados de la convención: 338 contactos establecidos de los cuales 215 se consideran efectivos y un índice medio de satisfacción de los asistentes de 8,67 puntos sobre 10.