El real decreto en proceso de elaboración, y por tanto abierto a modificaciones, será precisamente objeto de debate estos días en Madrid, con los agentes pesqueros y comerciales. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha promovido un encuentro con los agentes implicados en la comercialización pesquera para explicar con detalles los cambios que vienen y pulsar la opinión de las partes. A priori cabe pensar que los pescadores respaldarán la apertura de un mercado de venta directa de pescado y las empresas dedicadas a la compra venta de productos de la mar lo rechazarán o, como mínimo, pedirán que se limite tal práctica.

Uno de los patrones mayores asturianos que respalda la venta directa, hasta el punto de que quiere implantarla en su cofradía este año, es Dimas García, del puerto de Tazones y presidente de la federación regional de cofradías. «A la venta directa de pescado sólo le veo ventajas: revitalizará la economía de las pequeñas cofradías, reforzará el atractivo turístico de las villas marineras y mejorará los ingresos de los pescadores», apunta. Y la razón principal que lleva a los pescadores a plantearse la venta al público de sus capturas no es otra, explica el de Tazones, que «el alarmante declive de los precios en primera venta, lo que implica una caída de los ingresos de los pescadores que amenaza seriamente el futuro de la pesca».

No obstante, ni a Dimas García ni a nadie se le escapa que los comercializadores tradicionales de pescado rechazan la apertura de pescaderías en varias rulas de la región: «Soy consciente de que este plan no gusta a determinados sectores, pero creo que hablando podremos puntos de entendimiento. La venta directa de pescado es una actividad complementaria a la comercialización pesquera ordinaria, no debe ser vista como un ataque frontal».

Los comercializadores no lo ven así. Hace quince días protagonizaron una asonada en la rula de Avilés negándose a pujar por el pescado de dos embarcaciones que suelen vender sus capturas en la pescadería de la rula de Candás. Tras la medación de los responsables de la lonja avilesina el asunto quedó en nada, pero es un presagio de que la sola mención de la venta directa levanta ampollas.