La historia contemporánea de Avilés pasa, indefectiblemente, por la influencia de la gran siderúrgica en el desarrollo de la ciudad. El periodista José Luis Poyal, que dirigió la comunicación de Ensidesa y del departamento de siderurgia del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI), Javier Gancedo, a cargo de los archivos de la compañía (ambos articulistas en LA NUEVA ESPAÑA) y el ingeniero Tomás Sanchís, que estuvo al frente de la factoría avilesina de la empresa que cambió el presente de la comarca, fueron los encargados de explicar las relaciones de la compañía con la comarca. Los tres fueron los primeros invitados por la Sociedad Económica de Amigos del País, una asociación que ayer inauguró las jornadas "Ensidesa y la siderurgia como factor de desarrollo". El ciclo se despide el próximo miércoles, también en el salón de actos del Escuela Superior de Arte.

"Hay general coincidencia en la afirmación de que Ensidesa desbordó el marco empresarial, con efectos positivos y otros repulsivos. La historia del Principado de estos últimos decenios no puede escribirse sin la múltiple referencia a esa empresa, unas veces paradigma del bien hacer y otras, cúmulo de defectos de mala gestión", comentó José Luis Poyal. "A través de la historia puede comprobarse cómo se modifican sus planes industriales y se regatean según intereses ajenos, se la utiliza como fondo de recursos cuando hay crisis en otras empresas y tantas otras situaciones que desde el poder se resolvían recurriendo a esta empresa pública", señaló el periodista. "Asturias recibió casi un tercio de los recursos del INI y se mereció que se la denominase "INIlandia"", bromeó el periodista.

La intervención de Poyal también sirvió para rendir homenaje a todos los que trabajaron en la compañía. "Los mejores testimonios siguen siendo los cientos, miles, hombres y mujeres que hicieron posible la aventura siderúrgica", dijo