Ya no se estila la figura del mecenas; ahora al arte le vale ser subvencionado por las administraciones, que somos todos. Y nos sorprenden noticias de personas que entregan su dinero para ayudar a estudiantes o que financian proyectos científicos con pocos recursos, pero sí han existido desde siempre quienes de forma callada han contribuido a impulsar el arte o la literatura: sin aspavientos ni reconocimiento público. Uno de esos mecenas que parecen de otro siglo es Fredo Arias de la Canal, un asturiano y cántabro que reside en México, apasionado de la literatura del Siglo de Oro, de la música y de la cultura. Ha recuperado obras olvidadas con su editorial, ha impulsado a músicos de talento y ha enriquecido la vida cultural de su Potes natal. Próximamente acudirá allí a entregar un premio a la investigación literaria, el Vasconcelos; una más de sus múltiples iniciativas. Son muchos los que, a este y al otro lado del Atlántico, han agradecido su bonhomía, su pasión por el conocimiento y su mano siempre tendida. Es alguien que parece de otro siglo, pero por suerte está en este.