El mineral de cinc se acaba, pero esto, en principio, no es una mala noticia para el conglomerado de empresas formado tras la reciente fusión de los gigantes Glencore International y Xstrata, los propietarios en última instancia de Asturiana de Zinc (Azsa). El pasado día 10 de septiembre -en el Día del Inversor-, Daniel Maté y Christopher Eskdale, los responsables mundiales del negocio del cinc del nuevo grupo, presentaron, una proyección de futuro sobre el porvenir del sector. El análisis de Maté y Eskdale sucintamente indica que desde hace siete trimestres la escasez de mineral de cinc es más que señalada. Pese a ello, la demanda del mismo mineral no hace más que crecer. Los dos altos ejecutivos aseguraron que el próximo año la necesidad de cinc metal será fundamental dado que el sector de la construcción y el automotriz empiezan a levantar cabeza. Los dos responsables del grupo industrial suizo concluyeron que el planeta precisará de manera inmediata más de 600.000 toneladas. En 2016, la demanda será de dos millones de toneladas y llegarán a ser cinco millones en 2020.

Los analistas internacionales coinciden con Eskdale y con Maté en que el agotamiento de los activos minerales es una realidad y que, en consecuencia, la falta de inversiones en los explotaciones provocará a corto plazo (2014 y 2015) una presión al alza del precio del mineral. En lo que no coinciden es en que el déficit tenga ya casi dos años de historia. En todo caso, sólo podrá atender la demanda del mineral de cinc un grupo del tamaño de Glencore Xstrata. Esto es, al menos, lo que sostienen los dos ejecutivos internacionales. Glencore Xstrata controla alrededor de tres cuartos del mercado mundial.

Maté y Eskdale aseguraron durante la celebración del Día del Inversor que la demanda mundial del mineral se incrementará un cinco por ciento cada año. ¿Por qué? Por la mejora gradual de los sectores industriales que más sufrieron la crisis, dijeron. Los dos ejecutivos ofrecieron un dato elocuente: las importaciones chinas de cinc suponen un 19 por ciento del total mundial. ¿Qué significa esto? Que Glencore Xstrata crecerá de manera soberana.

El análisis de Maté y Eskdale coincide, en cierta manera, con el que efectuó en Avilés, en 2010, el anterior presidente de Asturiana de Zinc, Santiago Zaldumbide. El antiguo ejecutivo de la compañía -actualmente, apartado de los centros de decisión-, aseguró entonces que la escasez de cinc empezaría a ser una realidad a partir de 2012 y que, además, para 2020, la producción mundial iba a estar por debajo de los 8 millones de toneladas. Por contra, sostuvo que los consumidores reclamarían casi el doble de estas 8 millones de toneladas.

¿Suponía su prospectiva un desabastecimiento de cinc? Zaldumbide vaticinó que esta posibilidad podía ser verosímil, fundamentalmente, porque la vida útil de las minas de cinc más importantes del mundo podrían llegar a su fin de manera inmediata. Mientras tanto, en cumplimiento de la ley de la oferta y la demanda, el precio del mineral iba a subir. La respuesta al déficit del cinc sólo podría llegar de la antigua Xstrata, una compañía rumiada ahora por Glencore en la operación financiera más importante del año. La conclusión, por tanto, es obvia: habrá menos cinc, pese a que se necesita más. El grupo que controla el mineral controla el mercado. Y ese grupo es Glencore Xstrata.