Los vecinos de un bloque de pisos de la urbanización de La Magdalena se han quedado una temporada sin plaza de garaje. Un descuido, un fallo de planificación o una negligencia al controlar los proyectos permitió que se instalase una farola justo delante del portón del aparcamiento subterráneo, de modo que ningún vehículo puede acceder a las plazas. Los propietarios del edificio observaron estupefactos cómo el reparto de plazas de estacionamiento en el bloque quedaba suspendido porque el parking está bloqueado por una farola que fue instalada allí siguiendo el proyecto de urbanización de las parcelas.

La distribución de las parcelas y la urbanización de la zona fue ejecutada por Sogepsa y las viviendas fueron sorteadas por Servicios Sociales. Pero lo que parece es que nadie se fijó en la farola. Ni tan siquiera cuando se tramitó el vado para prohibir aparcar ante el portón; tampoco cuando se rebajó el bordillo para permitir la entrada de vehículos, ni cuando se pintó la raya amarilla para evitar que coches aparcados pudiesen impedir el acceso al garaje. Claramente, los responsables de esas actuaciones pensaron en todo, menos en la dichosa farola.