La imputación es una figura jurídica que suena casi a acusación, aunque en realidad no es más que una fórmula que refiere posibles vinculaciones futuras del susodicho o de la susodicha con el caso en cuestión. Y puede haberlas o no. Pero los partidos políticos se apresuran a exigir las dimisiones de los contrarios que se encuentran imputados en algún proceso judicial, mientras que mantienen a los propios contra viento y marea, como si no pasara nada. ¿Dónde establecer el límite? ¿Debe apartarse Pilar Varela de la Alcaldía por el hecho de estar imputada en el caso de las facturas falsas remitidas por los ex gestores del Niemeyer al Ayuntamiento aun cuando esa "etiqueta" pueda acabar retirada una vez que declare? Quien lo exija, que también obre en consecuencia en su partido. Hace meses que era conocido que el juez Badás sopesaba seriamente la imputación de la Alcaldesa, pero a Varela la pilla por sorpresa un auto que probablemente reciba hoy. El desgaste político que este hecho le supone es evidente, aunque quienes eran los últimos responsables de todo lo que rodea al Niemeyer silben tangos.