Alberto López tiene puntería y destreza para lograr hacer diana con sus flechas, sin embargo no puede competir en los torneos de tiro con arco, ya que tiene síndrome de Down. Un vacío legal impide que los discapacitados intelectuales disputen competiciones de este deporte por dos motivos: la seguridad y la ausencia de cláusulas en el reglamento, que sí existen en cambio para los discapacitados físicos.
La familia de Alberto López Rodríguez, el club Arkeros Corvera y la Federación Asturiana de Tiro con Arco buscan la fórmula para permitir que este joven de 33 años pueda exhibir su certera puntería y codearse con otros arqueros en las competiciones regionales o, simplemente, que pueda entrenar como deportista federado. "No se trata de discriminación, es que no existe un reglamento; por ello solicité a la familia y al club que acudan a la asociación de discapacitados intelectuales o a la Federación Española con vistas a regularlo. Al final, el Consejo Superior de Deportes es el que tomará la última decisión", indicó José Luis Bermúdez, presidente de la Federación Asturiana de Tiro con Arco. "La normativa ha de adaptarse a estas personas, y confío en que pronto tenga licencia", dijo.
Sin embargo, la familia de Alberto López Rodríguez y el club opinan que la Federación Asturiana es la que ha de mover ficha para poder dar la licencia al joven arquero corverano. "Según los estatutos, el presidente ha de negociar con la Federación Española, lo que hace falta es que tenga voluntad", señaló Carmen Rodríguez, madre del joven, que desea que su hijo pueda, al menos, ser como cualquier otro deportista de esta disciplina. Herman Kreikemeyer, presidente del club Arkeros Corvera, lamentó la tardanza de la Federación Asturiana en dar una respuesta a su petición. "Se demoraron cinco meses para acabar diciendo que hay un vacío legal: lo único que queremos es que Alberto tenga licencia y avanzar en la integración de este colectivo", destacó Kreikemeyer. El presidente del club señaló, además, que la ley del deporte del Principado incide en que todos los ciudadanos deben tener acceso a las prácticas deportivas.
Mientras se desarrolla la polémica, Alberto López sigue afinando su puntería a la espera de que se modifique el reglamento y pueda, por fin, coger su arco y sus flechas con una licencia que lo acredite como un arquero más. Con todas las de la ley.
