Los jugadores patológicos son cada vez más jóvenes. Las personas a tratamiento ahora en Avilés tienen entre 20 y 35 años, cuando hace una década la media de edad superaba los cincuenta. El fácil acceso a distintas páginas de apuestas online ha abierto las puertas de la ludopatía, pero los desafíos del azar no es lo único que preocupa a los responsables de la delegación avilesina de Jugadores Anónimos: la entidad recibió el pasado año y por primera vez solicitudes de ayuda de personas adictas a juegos de estrategia y también al sistema de mensajería móvil Whatsapp. Esto explica la intención del colectivo de sacar a la luz en primavera una guía en la que ya trabajan y en la que explicarán los síntomas, las consecuencias y la posible recuperación de este tipo de adicciones ligadas en cualquier caso a internet y a los teléfonos móviles inteligentes.

"Estamos encontrándonos con jóvenes enganchados a juegos tan adictivos como los de apuestas y con muchas personas que no pueden vivir sin el teléfono móvil, menos aún sin el uso de los mensajes instantáneos", explica Carlos- nombre ficticio-, que fue jugador y ahora es el responsable de la delegación de Jugadores Anónimos en Avilés. El balance que hace de 2013 se puede extrapolar a cualquier otro punto de Asturias, y también de España. Los especialistas han puesto como ejemplo de adictos a las personas que son capaces de escribir 40 mensajes de Whatsapp entre las diez de la noche y las dos de la madrugada, una anomalía que altera el transcurso normal de la vida de cualquiera que trabaje o estudie, tenga amigos y aficiones.

"Las personas adictas a los juegos de estrategia, redes sociales o sistemas de mensajería móvil habitualmente sufren desinterés por la vida real y les cuesta controlar su tiempo", explica el portavoz de Jugadores Anónimos. Incide en que el primer paso para ayudar a las personas que sufren nomofobia (adicción al teléfono móvil) o que están enganchadas a distintos juegos en cadena es contribuir a que recuperen su autoestima. "Pasan horas encerradas en una habitación detrás de una pantalla. Habitualmente sufren cambios bruscos de humor, tienen problemas para relacionarse e incluso les cuesta salir del cuarto para cenar. Estas personas necesitan recuperar ciertos valores igual que un ludópata, que a diferencia de ellos sí apuesta dinero", explica Carlos.

Por la delegación avilesina de Jugadores Anónimos pasaron el año pasado alrededor de treinta personas de las que la mitad eran casos nuevos, y el resto ludópatas a tratamiento desde hace tiempo. Las recaídas son frecuentes. "Hasta ahora, cuando el enfermo recurría a nosotros era porque tenía ya serios problemas económicos y familiares. Pero las personas más jóvenes que vemos a día de hoy carecen habitualmente de cargas familiares y laborales, muchas son estudiantes que dependen todavía de sus padres", manifiesta el avilesino.

Asegura estar preocupado por la adicción a las redes sociales y servicios de mensajería y también por la proliferación de juegos que invitan a permanecer muchas horas delante de la pantalla de un ordenador". Pero no olvida a los esclavos del azar enganchados a partidas de póker online, casinos en línea, apuestas deportivas, máquinas tragaperras o loterías que cada día se dejan una fortuna y su autoestima en el juego. En Avilés el número de hombres que solicitan ayuda es "mucho más alto" que el de mujeres.

Carlos vestía de traje y corbata cuando entraba en los casinos. Nadie sospechaba de su adicción. "Llegué a hacer verdaderas locuras por el juego. Personas que han hecho menos que yo están en la cárcel", confiesa Carlos, que cada día que pasa se recuerda que es jugador aunque hace ya muchos años que se dio cuenta de que nadie da un duro por tres pesetas. Ahora ayuda a otras personas como él a desengancharse del juego: "El trabajo es difícil porque nos bombardean continuamente. Hoy (por ayer) abrí una página web para buscar un número de teléfono y me salieron varias invitaciones para participar en distintos juegos. Hay que ser muy fuerte para decir que no", subraya.

En Avilés, los grupos de Jugadores Anónimos se llaman Ilusión (el de ludópatas) y Esperanza (el de familiares). El juego no entiende de perfiles ni condiciones sociales. Carlos y sus compañeros atienden por igual a todo tipo de personas enfermas por el juego, con o sin apuestas económica. Respaldan también a las personas que precisan ayuda por su adicción a distintos aparatos, como los teléfonos móviles de última generación. "Cuando alguien sale del juego no sale sólo, generalmente se salva a una familia entera", concluye Carlos.

Nomofobia

Término

El término nomofobia significa "no-mobile-phone phobia" o, lo que es lo mismo, la dependencia al teléfono móvil llevada al extremo. Es el nombre con el que se ha definido al miedo de estar sin móvil. Puede parecer una simple adicción, pero también es posible que detrás haya un problema serio de salud. La nomofobia incluye miedo a no estar conectado, angustia a dejarse el teléfono móvil en casa o consultar los mensajes -habitualmente Whatsapp, gratuitos- cada pocos segundos.

Perfil

La nomofobia suele darse mucho más en adolescentes, pues ellos tienen más necesidad de ser aceptados dentro del grupo, además de que los jóvenes están más familiarizados con las nuevas tecnologías que las personas mayores.

Causas

El móvil es una manera de estar conectado, por lo que los especialistas consideran la nomofobia un problema de autoestima. De hecho, la inseguridad personal es el factor más común que causa nomofobia.