El "Cuarteto Orbón" de clarinetes junto a la soprano Elena Miró Fernández-Figueroa protagonizarán mañana, jueves, el tercer concierto de la Semana de Música Religiosa. La formación, integrada por Antonio Serrano Argüelles, Iván Cuervo Fernández, Julio Sánchez Antuña y Marina García Fernández, presentará un programa que incluye la música más representativa del grupo y aquella que sus intérpretes consideran que puede ser del agrado del público, como las Danzas Rumanas Folclóricas de Bartok o Aragonaise de Bizet. La actuación también cuenta con un bloque religioso y en él interviene Elena Miró.

Precisamente la combinación de los clarinetes y la voz de la soprano hacen de éste un concierto singular. Como señala Iván Cuervo, profesor del conservatorio avilesino y miembro del grupo, esta unión musical "es poco habitual" pero consigue "mucho colorido", dice. Para hacer posible esta fusión, las obras que mañana se escucharán en la iglesia de los Padres Franciscanos -20.00 horas- han sido adaptadas, unas por arreglistas extranjeros y otras por la propia cantante avilesina, estrechamente vinculada al cuarteto que lleva el nombre del centro en el que se formaron tres de sus cuatro integrantes.

El grupo Orbón debuta este año en la Semana de Música Religiosa, no así Cuervo Fernández y Sánchez Antuña, que ya han participado en anteriores ediciones de este ciclo que fundó y dirige José María Martínez. Ante este concierto, la formación está "muy motivada y con muchas ganas de presentarnos ante el público y también ante Chema Martínez, ya que todos lo seguimos viendo como un profesor", manifestó Iván Cuervo al hablar sobre la situación actual de este certamen que arrancó hace treinta y siete años y de otros muchos que ya han desaparecido al no poder contar con el apoyo económico de las empresas e instituciones que los sostenían. "Con este ciclo, Chema está haciendo malabarismo; gracias a él sigue en pie, pero no sé en qué puede parar", dijo sobre el vertiginoso descenso del presupuesto de las jornadas.

Cuervo también se lamentó or el complejo momento que atraviesa la música. "Actualmente, los alumnos de los conservatorios acaban mejor preparados que hace diez años y, en cambio, las salidas profesionales son mínimas. Antes, nada más finalizar los estudios encontraban trabajo en orquestas o como profesores de conservatorios; ahora, la mayoría continúa dando clases", apunta el clarinetista y profesor para quien "en el conservatorio hacemos que el estudiante sea músico desde el principio. Por ello, el centro es una orquesta. Todo lo que el alumno aprende en el aula es para llevarlo a la orquesta; ella supone el ochenta por ciento del aprendizaje", remata.

Sobre el instrumento -originario del centro de Europa- en el que se ha especializado este profesor y cuya música inundará mañana el templo avilesino, Cuervo señaló: "Es un instrumento dulce, muy versátil, presente en cualquier agrupación, incluso folclórica, con un sonido que empasta con todo y que en la orquesta hace muy buenas migas con el fagot", explicó. Y relató cómo Mozart, cuando lo conoció, "escribió a su hermana diciéndole que su sonido era verdadero. Con él hizo grandes obras maestras".