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La calidad de las aguas costeras atlánticas

Un análisis del Instituto Oceanográfico en la ría revela altos índices de mercurio y plomo

Avilés ocupa el quinto puesto en una lista anual de contaminación, que lidera Bilbao, elaborada a partir de veinte puntos de muestreo

Una colonia de mejillones, junto al puerto deportivo en la ría de Avilés. MARA VILLAMUZA

Un análisis del Instituto de Oceanografía (IEO) revela altos índices de mercurio y plomo en la ría de Avilés. El trabajo científico, publicado en la revista "Marine Environmental Research" y elaborado con la colaboración de la Universidad de Vigo, analiza los efectos de la contaminación en 2.500 kilómetros del litoral español a través de uno de sus inquilinos: el mejillón silvestre, que no es el que se comercializa para el consumo humano. El IEO es el organismo encargado de llevar a cabo el programa nacional de seguimiento de la contaminación.

En la costa Atlántica hay 40 puntos de muestreo con mejillones que dependen del Oceanográfico de Vigo y que se revisan cada cinco años, y una veintena de ellos, de forma anual. En Asturias están los de Ribadeo, Navia, Luarca, Pravia, Avilés, Gijón y Ribadesella. Juan Bellas, uno de los responsables de este estudio, explicó ayer que el mapa de puntos de estudio responde a criterios de muestreo general, sin muestrear únicamente a zonas contaminadas. "En la costa asturiana podemos decir que Avilés es, en general, el punto más contaminado. Y es de los más contaminados de la red del norte".

En función del contaminante que se tenga en cuenta varía el "ranking". Vigo, por ejemplo, está a la cabeza en hidrocarburos. No obstante Bellas repasó los valores globales más altos, según la contaminación química. Y a la cabeza está Bilbao, seguido de Orio, también en el País Vasco. El tercer lugar lo ocupa Suances, en Cantabria."Avilés estaría en quinto o sexto lugar por este índice. Pero es el segundo punto más contaminado por plomo después de Suances".

Según explicó el investigador, "los focos más importantes de contaminación, como era de esperar, están localizados en zonas donde hay más presión: donde hay más industria, donde hay más concentración de actividades urbanas, cerca de las grandes ciudades o donde hay zonas industrializadas. Y una de ellas es Avilés". No obstante, en líneas generales los autores de esta investigación constatan una reducción. La excepción, contaminantes como el mercurio que en el área de Asturias es más alto de lo general. "No se puede extrapolar lo que encontramos en un puntos a todas las aguas. Y la idea general es que las aguas no están tan mal como pueda parecer pero tampoco están al nivel deseado".

En general Juan Bellas considera que no se puede hablar de niveles preocupantes, aunque tanto en el caso del plomo como en el del mercurio sí afirma que hay que prestarles atención. "En ambos casos los niveles están por encima de lo que sería deseable".

Las conclusiones de este estudio, que lleva la firma de Bellas, Marina Albentosa, Leticia Vidal-Liñán, Victoria Besada, Ángeles Franco, José Fumega, Amelia González-Quijano, Lucía Viñas y Ricardo Beiras, están ligadas a la dificultad de establecer el vínculo entre la presencia de contaminantes y sus efectos biológicos. "Hay variables que no son los contaminantes que interfieren, como la condición del mejillón, la alimentación... que no son lo mismo en la zona cantábrica que en las rías gallegas. Este tipo de factores ambientales influyen y por eso es difícil establecer el nexo", apuntó Bellas.

Los programas de seguimiento no se suelen hacer con una escala espacial tan grande como esta, de 2.500 kilómetros de costa, desde la desembocadura del Miño hasta la del Bidasoa. "Y lo que estamos viendo es que las metodologías que se usan habitualmente para establecer correlaciones aquí están enmascaradas porque esa amplitud geográfica va a acompañada de una gran variabilidad de factores que afectan o interfieren con la respuesta de los mejillones", explicó el investigador. Eso no supone que se prescinda de este tipo de estudios. "Cuando se hace a más pequeña escala es mucho más fácil. Pero necesitamos ir también a la gran escala para medir la contaminación en toda la costa".

El objetivo de estos investigadores es entender mejor cómo estas variables afectan a la respuesta de los organismos biológicos. "Tendremos que hacer un esfuerzo adicional para medir otro tipo de variables que nos den una idea de las características ambientales de la zona", concluyó Bellas.

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