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LUIS SANTAMARÍA DEL RÍO | Teólogo y sacerdote católico, experto en sectas

"Las sectas esotéricas están en auge en España debido, en parte, a la crisis"

"El Estado apenas interviene en el control de estos grupos, pero las leyes 'antisectas' son peligrosas porque pueden derivar en una caza de brujas"

El teólogo y sacerdote Luis Santamaría del Río ayer, en la residencia de La Granda. MARA VILLAMUZA

El sacerdote católico Luis Santamaría del Río es licenciado en Teología y se ha especializado en el estudio de las sectas. Miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas, Santamaría disertó ayer en los cursos de La Granda sobre la nueva religiosidad en la sociedad actual.

-Explique, por favor, qué se entiende por secta.

-Hay que distinguir bien lo que es una secta, esto es, un grupo que tiene unas determinadas características, de lo que es el sectarismo, una actitud de fanatismo que puede darse en un partido político, en una institución, en un equipo deportivo... La secta es un grupo autónomo que busca constantemente captar nuevos miembros, que por norma general oculta sus verdaderas intenciones, que tiene un líder que lo dirige de forma férrea y en muchas ocasiones proclama la salvación única de sus adeptos.

-¿Se puede hablar de diferentes tipos de sectas?

-Hay tres tipos de sectas diferenciados. Por un lado están las de origen cristiano, las de tipo religioso que son las implantadas desde hace más tiempo en España y con más número de adeptos; por otro lado están las sectas orientales, que proceden del hinduismo, del budismo, en torno al yoga y otras técnicas de meditación; y en tercer lugar están las esotéricas, que pueden no hablar de tema religioso y presentarse simplemente como técnicas de potencial humano, de autoconocimiento, de autorealización y es en este tercer grupo donde podemos hablar de un crecimiento notable.

-¿Cuál es la situación de las sectas en España?

-Es casi imposible saber con exactitud el número de sectas que hay, aunque sí vemos que hay más cantidad: se multiplican los grupos pequeños que dependen de una sola persona, de un líder carismático que cree que tiene un don; y todo esto ha aumentado en estos últimos años, con la crisis. Hay un gran crecimiento de grupos en torno a la nueva era, a terapias espirituales y psicológicas, medicinas alternativas y a todo el campo de lo esotérico. Las sectas de este tipo están en auge en España.

-¿Están ganando terreno a las sectas religiosas?

-Lo religioso está sufriendo una situación de rechazo por parte de la sociedad en todas sus vertientes y las sectas también se ven afectadas y sufren las consecuencias de la secularización y de la crisis de lo religioso.

-Esta pérdida de religiosidad en la sociedad actual, ¿a qué se debe?

-Cuando la persona cree que lo tiene todo ya no necesita a Dios; sin embargo aumenta la creencia en la superstición, en las pseudociencias, en la magia, en realidades paranormales... Todo eso crece porque al final necesitamos creer en algo más allá de lo que vemos. También se ha perdido el expresar la religiosidad de forma comunitaria; ahora se es creyente pero no practicante. Hay un individualismo religioso muy marcado, y parece que cada uno se fabrica su propia religión tomando elementos de las que mejor le convengan.

-A pesar de la "mala fama" que tienen, las sectas siguen ganando adeptos...

-Hay un caldo de cultivo social: con la crisis económica hacen falta seguridades que la gente busca donde sea. También las personas son muy influenciables en momentos de crisis personal, ya sea por la necesidad de cariño o por buscar el sentido de la vida.

-¿Y qué se puede hacer para evitar caer en estos grupos o para salir una vez dentro?

-Lo principal es tener una cultura religiosa básica, y junto a esto conocerse a uno mismo para evitar caer en la búsqueda de gurús o maestros que guíen nuestro camino. Es muy difícil hacer que una persona salga de una secta por la implicación emocional que conlleva y porque la secta ya se encarga de prevenir esto. Lo más importante es que las familias mantengan el contacto y traten de hacerle entrar en razón poco a poco, de forma continua.

-¿Cuál es el papel de la Justicia y del Estado en todo esto?

-La Justicia actúa si se comenten delitos y el Estado tiene un papel escaso. Pero hay que tener cuidado con las leyes "antisectas"; son muy peligrosas porque pueden derivar en una caza de brujas indiscriminada.

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