"Todo marcha bien en los trabajos de reparación de la acería LD-III; al menos, va conforme a lo previsto". Este es el parte que dio ayer de tarde un portavoz de Arcelor-Mittal sobre el estado de la avería detectada este semana en una carrilera de la acería de Tabaza durante una revisión rutinaria y que obligó a detener la producción del complejo el miércoles para proceder a la reparación de los daños.

Siguiendo el plan de obra anunciado el mismo miércoles por la compañía, la idea de los responsables de Arcelor pasa por reanudar la actividad productiva en la acería mañana, sábado, siempre que no surjan imprevistos que, de momento, no se contemplan. En cuanto la acería vuelva a estar activa también volverán a su ritmo de trabajo ordinario los hornos altos de Gijón, instalaciones vinculadas a la LD-III (le proporcionan arrabio) que tuvieron que ralentizar su funcionamiento debido al parón productivo de la acería.

Una grieta en una viga de una carrilera (vías por las que se mueven los puentes grúa) fue lo que obligó a parar la producción en la acería LD-III de Avilés. Esta decisión vino acompañada de la parada en caliente y de manera alterna de los dos hornos altos de Gijón, lo que supone reducir a la mitad su capacidad productiva. Fuentes sindicales y trabajadores coincidieron al responsabilizar a la empresa de esta situación, provocada, aseguran, por la falta de inversiones en mantenimiento y reposición en unas instalaciones que ya han cumplido 25 años y para las que en muchas ocasiones ya no se encuentran ni piezas de recambio.