La Bioescuela de Cáritas tiene dos objetivos a medio plazo, según explicó Aitor Oliver. Por una parte, conseguir el certificado ecológico. Y por otra, que el certificado que expide el centro a sus alumnos tenga validez oficial. Pero por lo pronto continuarán con una segunda promoción de aprendices, a partir de noviembre. "Los hay que, en cuento ven que tienen que esforzarse, lo dejan", apunta Oliver. A la izquierda, la única chica que concluyó la formación, Ana Da Fonseca, seguida de Yoguuar Florentino, junto a las tomateras.