La reiterada negativa de José Manuel Soria a rectificar y articular un mecanismo de reparto de las asignaciones por interrumpibilidad que no perjudique a Alcoa enerva a los representantes sindicales asturianos, que ayer fueron bastantes más contundentes que días atrás en sus declaraciones y directamente pidieron la dimisión inmediata del Ministro de Industria y la intervención de Mariano Rajoy para reconducir la situación.

El secretario general de la federación del Metal, la Construcción y Afines (MCA) de UGT, Eduardo Donaire, aseguró que "lucharemos con todo lo que esté en nuestras manos para evitar el cierre de la planta de Alcoa en Avilés". Y reclamó a Rajoy que tome de forma inmediata cartas en el asunto para mediar con la empresa. Por su parte, el secretario general de la Federación de Industria de CC OO, Damián Manzano, aseguró que este desenlace con Alcoa viene a demostrar que "Soria debe irse porque es uno de los mayores incapaces políticos que hay en el país".

La presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, quien ayer departió con el Ministro Soria sobre la amenaza de cierre de Alcoa, evidenció un punto de vista diferente de la problemática en la que se ha visto envuelta la aluminera. "Si el sistema de subasta puesto en práctica por el Gobierno para el reparto de las primas de interrumpibilidad ha funcionado para unas empresas no se me ocurre por qué no sirvió para Alcoa. La compañía tiene ahí un interrogante que despejar y le debe una explicación a los asturianos".

Fernández, quien también recibió explicaciones del Ministro Soria sobre la segunda subasta de retribuciones por el servicio de interrumpibilidad a celebrar este mes, mostró su confianza en que Alcoa concurra a la misma e hizo ver que para ganar los lotes energéticos que la compañía dice necesitar para ser competitiva "hay que pujar y querer aprovechar esa nueva oportunidad".

La dirección de Alcoa en España mantuvo ayer su discurso sin la más mínima variación: las fábricas de Avilés y La Coruña no son competitivas sin las retribuciones por interrumpibilidad y en esas circunstancias la única salida es el despido colectivo, si bien está dispuesta a estudiar alternativas e incluso a concurrir a una segunda subasta, esto último a expensas de conocer las condiciones.