El único color de los partidos políticos fue ayer el amarillo. El amarillo de la marcha del aluminio. El amarillo de las camisetas que visten los trabajadores de Alcoa desde el 1 de diciembre, cuando la multinacional estadounidense les comunicó que con la llegada del nuevo año se quedarán en la calle en caso no lograr la compañía una bonificación eléctrica para la factoría de Avilés. Los alcaldes de todos los concejos de la comarca participaron en la marcha multitudinaria que recorrió la ciudad. Y todos, aunque con diferente tono y enfoque, urgieron una solución ante la amenaza de cierre de la aluminera, así como otras medidas a más largo plazo que permitan que la comarca y Asturias sigan siendo territorio industrial.

"Que se oiga alto y claro, el Gobierno central tiene que buscar una solución para que Alcoa retire el expediente de despido colectivo. Se puede. Y una vez resuelta la segunda subasta, hay que buscar un pacto por la energía que dé estabilidad a las grandes industrias consumidoras de energía. Si queremos una política industrial, hay que resolver la situación de la tarifa eléctrica, que también afecta a Azsa y Arcelor-Mittal", aseveró la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela (PSOE).

El regidor corverano, Iván Fernández (PSOE), subrayó que "la comarca se juega mucho". "Pedimos y exigimos al Gobierno todas las medidas necesarias para salvar esta situación y más a medio plazo un marco energético estable. La empresa tiene que poner sobre la mesa un plan de inversiones que modernice las instalaciones para garantizar su futuro", añadió.

En la misma línea fueron las palabras de la alcaldesa de Castrillón, Yasmina Triguero (IU): "Exigimos al gobierno de la nación soluciones inmediatas y un cambio a largo plazo en el modelo eléctrico para evitar que esta situación se repita de forma periódica en otras empresas, como Azsa o Arcelor-Mittal. A la empresa le pedimos responsabilidad y al Principado implicación".

El regidor gozoniego, Ramón Artime (PP), manifestó su preocupación por "los trabajadores de Alcoa, por sus familias y por lo que puede significar para la comarca el cierre de la factoría" aluminera. "Confío en que impere el sentido común y se encuentre una solución. Y sobre todo pido sinceridad a la hora de tomar decisiones. Esto no se puede convertir en una batalla política", advirtió el popular.

Para el alcalde de Illas, Alberto Tirador (IU), "estamos comprobando las consecuencias de haber privatizado alegremente las empresas públicas". "Nuestro sistema productivo está en manos de multinacionales a las que les importa muy poco el panorama laboral de Asturias. Y tenemos un Gobierno autista que no hace nada para resolver la situación que estamos viviendo", protestó.

También se sumó a la marcha el regidor de Carreño, Ángel Riego (PSOE): "Lo que leemos a diario en los medios de comunicación muestra que el capitalismo es tan feroz que no tiene escrúpulos en marcharse de Asturias".