"Es falso que yo deba dinero a la Fundación del Niemeyer. Es la Fundación la que me debe a mí: 21.126 euros". Así respondió ayer el hostelero Enrique Martínez Ondina a la afirmación de la presidenta del patronato del Niemeyer, la consejera Ana González, de que reclamaría por vía judicial el canon que, casi un año después, no ha satisfecho. La reclamación, efectiva por burofax desde hace un par de semanas, ha hecho que Martínez Ondina haya contratado los servicios de un abogado y se prepare para defender en los tribunales su postura.

Las quejas del hostelero parten de antes incluso de que se hiciera con el contrato -mediante un concurso en el que sólo tuvo un competidor-, ya que afirma que no recibió toda la información pertinente. Y que incluso fue engañado, porque asegura que se le comunicó que había mucho más equipamiento y mobiliario que el que realmente encontró. Y por eso tuvo que hacer inversiones que no tenía previstas, empezando por sillas.

"Cuando me di cuenta, mi aportación era ya de muchos miles de euros. Y entonces empecé a pedir las cosas por escrito. Fue entonces cuando empecé a ser 'el malo'", señaló el hostelero, que afirmó además que esas inversiones las hizo con la promesa de los responsables de la Fundación de que quedarían compensadas con la condonación del canon. Su mala relación con los patronos es evidente, especialmente con el gerente, Carlos Cuadros, a quien acusó de no haberse dignado escuchar sus problemas. "Se lo pedí de rodillas", detalló.

A la acusación de que lleva once meses "sin pagar nada", el hostelero replica que lleva ese tiempo haciéndose cargo "de todos los desperfectos y despropósitos". E incluso asegura que los trabajadores y la jefa de explotación, su hija Laura Martínez, tienen que sufrir los desaires del gerente.

"He sido engañado desde el primer día; nos han prohibido dar eventos, nos exigen anular cenas y en varias ocasiones presentamos la renuncia a cambio de que admitieran a los trabajadores; hicimos del Niemeyer un espacio para todos y ahora nos quieren echar", concluyó.